Se edita en Alemania Occidental la vida de Jesucristo en "comix"

Para unos, se trata de una vuelta de aquel espíritu que hizo bailar a los chicos y chicas diez años atrás las trepidantes melodías del Jesucristo Superstar. Para otros, se trata de algo más inquietante: la perversión de las sagradas escrituras. Las jerarquías católica y protestante de la República Federal de Alemania (RFA) se lo toman como un «signo de los tiempos».El caso es que con muy pocos días de diferencia, tras la visita del Papa, ha salido a los quioscos el primer cuadernillo de una vida de Jesús en comix, y en una iglesia de Hamburgo se ha estrenado un ballet sobre la partitura de la Pasión según San Mateo, de Juan Sebastián Bach.

El Mesías, título de la colección de tebeos bíblicos, va dirigido a los chicos y chicas entre doce y dieciséis años y se basa, fundamentalmente, en el texto evangélico de Lucas. Durante dos años, escrituristas de los tres países de habla alemana de Europa occidental (la RDA abandonó pronto su participación) han tratado de refundir el texto bíblico para hacerlo atractivo y darle cierta novedad. Para ello han realizado cientos de encuestas entre los jóvenes estudiantes. El lenguaje coloquial ha llegado, según algún que otro inmovilista, a extremos inconcebibles, aunque las conferencias episcopales de la RFA, Suiza y Austria no han puesto inconvenientes a ello. Así, los discípulos de Jesús no tienen inconveniente en llamarle cariñosamente Jeschi, algo así como Chuchete en castellano.

"Ballet" de reflexión

Más controvertida aún es la experiencia de John, Neumeier, «cristiano y bailarín», según se define él mismo. Tras larga preparación coreográfica, Neumeier ha estrenado en la iglesia de San Miguel su Cuadros sobre la pasión según San Mateo. Se trata de «pasos de danza» con los que se representa plásticamente la visión barroca de la pasión compuesta por Juan Sebastián Bach. Bailarines y bailarinas en actitud de profunda meditación y vestidos con ropa deportiva actual van realizando sobre el presbiterio del templo tinos movimientos que, a diferencia del Superstar de los años setenta, invitan no a la agitación solidaria con el protagonista, el Mesías, sino al recogimiento.