Siguen los robos en las iglesias palentinas

Los treinta habitantes del pueblo palentino de Villavega de Castrillo se despertaron ayer con la noticia de que de su templo de San Andrés Apóstol, de estilo mudéjar renacentista, habían robado la noche anterior todo lo que los ladrones hallaron que tuviera algo de valor. Entre los objetos sustraídos, después de forzar con una palanqueta la puerta de la iglesia, se halla una talla románica de valor incalculable y cuya antigüedad data de los siglos XII o XIII, informa Luis Miguel de Dios.

Cuando aún no se han apagado los ecos del importante robo de objetos de arte registrado la pasada semana en Frómista, otra localidad palentina, le ha tocado ahora el turno a la despoblada aldea de Villavega de Castrillo. El procedimiento seguido para el robo ha sido similar al seguido en otras ocasiones en pequeñas localidades castellano-leonesas.

Además de la talla citada desaparecieron de la iglesia de Villavega dos tallas de los siglos XVII y XVIII con las figuras de santa Bárbara y san Sebastián, varios objetos de plata (cálices, cruces, un portaviático y bandejas), una arqueta de madera labrada, que hacía las veces de sagrario, y un arca de nogal de un metro de longitud y cincuenta centímetros de altura, en la que se cree que los autores del hecho han transportado lo robado.

Robos en Navarra

Por otra parte, durante la madrugada del pasado martes, individuos sin identificar expoliaron las iglesias de Idoate, Iriso y Zabalzeta, localidades situadas a pocos kilómetros entre sí, en la provincia de Navarra, apoderándose de varias imágenes, relieves y otros objetos de valor, informa Fermín Goñi.

En Idoate los ladrones se apoderaron de la talla de la Virgen de las Nieves, del siglo XVIII, después de apalancar la puerta de la iglesia y de abandonar en un camino otra talla con la imagen de la Virgen del Rosario. En cuanto a Iriso, los autores del expolio robaron varios utensilios de plata, las puertas del sagrario, del siglo XVIII, un cáliz, varios relieves y otros objetos de valor.

Por lo que respecta a la iglesia de Zabalzeta, los autores del robo penetraron en la iglesia por una ventana, apoderándose de la talla de la Virgen de la Hoz, que se encontraba guardada en la sacristía.