Termina sin acuerdo la reunión de los fabricantes de automóviles

La «cumbre automovilística» de Tokio, entre los principales fabricantes europeos y japoneses, terminó ayer con una declaración solemne en favor del libre comercio internacional, pero sin ningún acuerdo que haga esperar una reducción de las exportaciones niponas de automóviles hacia Europa.

Al término de las sesiones, en las que participaron trece representantes de los sectores japonés y de los países de la CEE, U. Agnelli, como portavoz de la reunión, ha señalado que los participantes pudieron llegar a un mejor entendimiento y mutua comprensión de los problemas a que ha de hacer frente hoy la industria automovilística.Uno de los aparentes puntos de acuerdo, según el anuncio al término de la reunión, es que los fabricantes, individualmente, en ambos sectores, contribuirán a mejorar la situación. Los participantes decidieron entrevistarse de nuevo, en Europa, en la primavera de 1981.

También se dijo que la Comunidad Económica Europea acogería con simpatía cualquier sugerencia japonesa para instalar plantas automovilísticas en Europa, siempre que los japoneses creasen nuevos puestos de trabajo.

El presidente de los empresarios japoneses, Takashi Ishihara, manifestó que el sector automovilístico japonés tiene intención de invertir, en los próximos tres años, cerca de 11.000 millones de dólares (unos 836.000 millones de pesetas), y que una pequeña parte de esta cantidad se destinaría a inversiones en el extranjeró.

Las ventas automovilísticas japonesas en el ámbito de la CEE amenazan con alcanzar en el presente año una subida del 27% al 28%, con respecto a 1979, y ello en un mercado que en ese mismo período ha experimentado una contracción del 10%.

Sólo en los primeros nueve meses del presente año, las ventas automovilisticas japonesas en los países de la CEE ascendieron a 667.000 unidades, frente a las 709.000 unidades vendidas a todo lo largo de 1979, según se desprende de las estadísticas niponas.