Iniciada la demolición de un bingo inaugurado el pasado mes de mayo
El bingo Ríos Rosas, situado en la calle de Bravo Murillo, 52, comenzó a ser demolido ayer, por orden del Ayuntamiento, a causa de la construcción abusiva de unos 250 metros cuadrados del local en un patio interior.
Se da la circunstancia de que el bingo inaugurado el pasado mes de mayo tras una inversión de cuarenta millones, había obtenido la correspondiente licencia de apertura municipal cuando todavía no contaba con la licencia de obras. La parte ocupada del patio que mide en total unos 2.500 metros cuadrados era la única que estaba sin cubrir ya que el resto fue ocupada hace años por almacenes y locales de otras empresas.Un arquitecto de Gerencia Municipal de Urbanismo, varios trabajadores de la empresa Construcciones y Contratas SA (CYCSA) y dos patrullas de la Policía Municipal se presentaron en la mañana de ayer para ejecutar la orden de demolición de la gran sala del bingo Rios Rosas, cuyo titular es el Club Deportivo Ríos Rosas y cuya explotación corre a cargo de la empresa Jumare, SA, que fue quien realizó las obras en el local
Multa de 635.000 pesetas
La construcción del bingo parece que fue controlada por el Ayuntamiento desde el principio. Gerencia Municipal de Urbanismo denegó la licencia de obras y ordenó la suspensión de las mismas hace un año: la empresa decidió recurrir y en enero sus representantes eran informados de la imposición de una multa por valor de 635.000 pesetas.«Después de recibir la notificación de la multa empezamos a tramitar la licencia de obras y la licencia de apertura. Esta nos la dieron tras abonar en la delegación de Hacienda más de un millón de pesetas, y así pedimos el correspondiente permiso ministerial, que nos fue concedido», informó uno de los socios de Jumare, SA, presentes en el local.
El bingo permaneció abierto los meses de mayo, junio y julio. En agosto, como consecuencia de una inspección, se encuentra la falta de la licencia de obras, aún en tramitación, y algunos defectos en la ventilación, salida de emergencia y servicios, a consecuencia de los cuales el delegado de Obras y Servicios ordena la clausura del local.
«La multa puesta por Gerencia, en nuestra opinión, legalizaba la obra. Luego, curiosamente nos informaron que la multa era anulada y se incoaba un expediente sancionador por la supuesta infracción cometida. Con respecto a las deficiencias encontradas, nos gastamos dos millones de pesetas para subsanarlas, por lo que pudimos abrir de nuevo. Tres días después nos ordenaban clausurarlo y ahora lo están demoliendo», dijo el socio que no quiso dar su nombre.
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