Pérdidas nacionalizadas
Hulleras del Norte, SA (Hunosalse constituyó en julio de 1967 mediante la integración en la sociedad de una serie de empresas cuyos propietarios decidieron abandonar el negocio minero en la cuenca asturiana. En palabras del actual presidente de la empresa pública Hunosa, José Manuel Fernández Felgueroso, «lo que se hizo fue nacionalizar las pérdidas de los empresarios privados. Nos dieron el hueso y se quedaron el solomillo», dice gráficamente el señor Fernández Felgueroso.La subrogación de obligaciones de las empresas constituyentes de Hunosa supuso un total de 720.460.000 pesetas pendientes de amortizar y procedentes de emisión de obligaciones. Todo ello, sin contar los créditos que aquellas empresas tenían con la banca y cajas de ahorro, se traducía en la adquisición por la empresa pública de un pasivo que representa el 93% del activo de las sociedades adquiridas.
Resulta obvio que una sociedad que se constituye en estas condiciones financieras supone toda una provocación a las leyes naturales de la economía de mercado en la que se enmarca la actividad empresarial en este país. No ya la suspensión de pagos o el expediente de crisis; la quiebra es el nombre de esta figura.
Pero aún hay más. La propia sociedad reconoce en uno de los planes de restructuración intentados por sus dirigentes, concretamente en el de mayo de 1971, que «con notoria generosidad la Administración asumió el pasivo de las empresas integradas y un cuantioso material en su mayor parte inservible, pero cuya amortización pesa enormemente sobre sus costos».
El empresariado privado del sectorjustifica el lamentable estado de las explotaciones en la insuficiencia de la Acción Concertada. La creencia general, no obstante, es que se trata de un abandono premeditado, en busca de la nacionalización finalmente lograda.
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