Música nacionalista para la Conferencia de Seguridad
Orquesta Sinfónica de RTVE.
«Música es lo que une», según un viejo pensador chino. Nada mejor entonces que organizar un concierto para o con motivo de la reunión en Madrid de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa. Y puesto que Madrid es sede, la Orquesta Sinfónica de Radiotelevisión, bajo la dirección de Enrique García Asensio, interpretó en el Real un programa de música española de inequívoca identificación. 0 lo que viene a ser lo mismo: nacionalista.Una vez más, como en los conciertos oficiales desde el reinado de Alfonso XIII hasta hoy, el nacionalismo flexionó casi totalmente hacia Andalucía, ya que, salvo e madrileño y neogalante Concierto-serenata, de Joaquín Rodrigo anduvimos de El Puerto de Santa María al barrio de Triana, de la Alhambra a la sierra de Córdoba o Arcos de la Frontera.
Director: Enrique García Asensio
Solistas: Nicanor Zabaleta y Rosa Sabater.Obras de Albéniz-Arbós, Rodrigo y Falla. Teatro Real 12 de noviembre.
Claro que los autores son representativos del genio y el ingenio de España. Del catalán Albéniz -que propugnaba un sentimental eje Barcelona-Granada y a través d las orquestaciones multicolores y corruscantes de Arbós- escucha mos tres Iberias; de Rodrigo, valenciano, el neocasticista, dieciochesco y cortesano, Concierto para arpa, con el lenguaje vivo y los modismos particularísimos del autor del Concierto de Aranjuez. Un grande del arpa, Nicanor Zabaleta, protagonizó estos pentagramas nacidos de su iniciativa, y el compositor saludó repetidas veces desde su localidad.
La segunda parte estaba dedicada al más grande y universal compositor que España ha dado desde Victoria: Manuel de Falla. Rosa Sabater hizo gala de su bella técnica y de su incisiva expresividad poética en las Noches en los jardines de España, y García Asensio superó todas las interpretaciones del programa en las dos suites de El sombrero de tres picos.
Exito grande, ante un público de excepción y con la presidencia de la reina Sofía, primera en el aplauso prolongado que provocó el más triunfal encore de nuestra música: La boda de Luis Alonso, de Jerónimo Giménez. La orquesta trabajó, alas órdenes de su maestro titular, con flexibilidad y brío. Sus Ecos de España llegarán a todas partes a través de la televisión en color y de la radio. Son ecos auténticos y valiosos aun cuando no sobrepasen la frontera de los años cincuenta ni salten las bardas, del nacionalismo musical en sus diversos estratos y matices.