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Pujol defiende en el Parlamento un marco catalán de relaciones laborales

La necesidad de creación de un marco catalán de relaciones laborales, basadas en la concertación sistemática; el anuncio de la emisión en 1981 de deuda pública por parte de la Generalidad, por importe de 10.000 millones; la plena defensa del fondo de ocupación de la Consejería de Trabajo (rechazado por el empresariado de Cataluña); el deseo de revisar el Estatuto de Autonomía en materia de finanzas, y la probable creación por la Generalidad de oficinas de promoción turístico y comercial en el extranjero, fueron los puntos más destacados de un discurso pronunciado ayer por Jordi Pujol, ante el Parlamento catalán.

La intervención constituía la presentación del programa de actuación económica de la Generalidad, y con ella iniciaba el debate económico, que de hecho se llevará a cabo a partir de hoy.La primera parte de la intervención de Pujol fue genérica, con reflexiones que nada tienen que ver con las competencias reales del Parlamento catalán. Así, aludió a «la venta de trigo de Kansas a la Unión Soviética», a declaraciones del primer ministro belga y a la situación económica europea. La parte central de su intervención estuvo más ceñida a problemas reales. Hizo entonces referencia a problemas concretos; en particular a los propios de zonas agrarias y al del paro.

Omisión de las cajas

El portavoz socialista en el Parlamento catalán, Eduardo Martín Toval, manifestó a este diario que «toda la intervención de Pujol fue de carácter defensivo, mientras prácticamente omitía referirse al contencioso existente con el Gobierno central respecto al control de las cajas de ahorro, pese a ser una de las cuestiones más graves y de mayor actualidad planteadas».Pujol osciló en su intervención entre los grandes temas y los muy menores. Esta peculiaridad es, en general, una de las características más visibles de la corta labor del Parlamento catalán. Pujol indicó que desde 1977 a 1980 la parte correspondiente a Cataluña de los Presupuestos Generales del Estado había disminuido de un 12,4% a un 5,6%. «Si perdemos la batalla de los presupuestos, haremos muy poca labor», afirmó.

Manifestó que consideraba muy difícil la obtención de nuevas cantidades del Fondo de Empleo Comunitario. El anterior ministro de Trabajo, Salvador Sánchez-Terán, concedió, tras una omisión inicial, 1.300 millones de dicho fondo para Cataluña; en cambio, su sustituto, Pérez-Miyares, sostiene una actitud de clara negativa ante nuevas solicitudes catalanas.

El presidente de la Generalidad se refirió al «rechazo claro por parte de ningún sector empresarial» del Fondo de Ocupación de Cataluña, que intenta crear la Consejería de Trabajo -cuya labor elogió-, en base a aportaciones de trabajadores y empresarios, por partes igluales.

El Fomento del Trabajo Nacional, primera patronal catalana, rechaza de plano dicho proyecto. Ellc representa un serio obstáculo al deseo de Pujol -y de las centrales sindicales- de crear un marco propio para las relaciones laborales en Cataluña.

Según cifras facilitadas por Pujol en su discurso, dicho Fondo de Ocupación permitiría crear unos 54.000 puestos de trabaijo y salvar otros 33.000.

De forma detallada, el presidente de la Generalidad abordó el problema de la escasez de agua en Cataluña. Indicó que dentro de quince día; presentará al Parlamento cata.Jin un proyecto de ley sobre recuperación de aguas, que implicará un aumento del precio del agua en la ciudad de Barcelona. «Hace quince días», dijo, «la ciudad de Reus tenía agua para sólo ocho días». A este respecto se inclinó abiertamente en favor del proyecto de ley, presentado hace meses en el Parlamento españoI, sobre cesión de aguas del canal de la margen izquierda del Ebro a las ciudades de Tarragona y Reus y sus entornos industriales. Ello representa una inflexión con respecto a la política defendida anteriormente por su partido. «Queremos que el agua», dijo, «no sea, como ahora es, un cuello de botella para el desarrollo catalán».

Anunció que en 1981 la Generalidad emitirá deuda pública por valor de 10.000 millones. El 20%, como máximo, de esta cantidad será dedicada a inversión no recuperable, y el 80%, a la recuperable (reciclaje de aguas, tratamiento de residuos sólidos, regadíos, estímulo a la vivienda y, eventualmente, a reforzar la reconversión industrial).

Se refirió detalladamente a la voluntad de la Generalidad de Crear antenas para la promoción del turismo y del comercio catalanes en el extranjero. «La promoción del turismo catalán no figura en ningún lugar del mundo», dijo, mientras concretaba críticas a la promoción turística exterior de España.

El presidente de la Generalidad aludió a «la posible revisión de las condiciones económicas del Estatuto de Autonomía de Cataluña, no ahora, pero sí que lo creo necesario en el futuro». A corto plazo, formuló el deseo de que «las cantidades transferidas no vengan tan condicionadas (como ahora) por partidas (presupuestarias estatales) y podamos tener más posibilidades de maniobra».

Presupuesto "subordinado"

Se refirió al hecho de que Cataluña sea «la décima región industrial de Europa» y a las posibilidades de actuación microeconómica. Utilizó un concepto nuevo, de escasa base científica, que denominó economía intersticial, que definió como «aquella que no se puede basar en la gran potencia financiera ni en la gran inversión». De hecho, este concepto viene a coincidir con otro, nada atractivo y sí científico: el de economía residual.La parte más confusa de su intervención fue aquella en que se refirió al presupuesto de la Generalidad, que calificó de «abierto» y de «subordinado», por ser función de las transferencias y de la ejecución del presupuesto estatal.

Utilizó, como si fuesen realizaciones de la Generalidad, cifras tales como las inversiones previstas en Cataluña por la Compañía Telefónica para los próximos cuatro años; de hecho usó como realizaciones de la Generalidad todas las partidas desagregadas del presupuesto estatal. Ello motivó, en los pasillos todo tipo que críticas por parte de diversas fuerzas políticas, que expondrán estos argumentos -junto con la sorprendente marginación del tema de las cajas de ahorro- en el debate de hoy.

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