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El Gobierno estudia el impacto inflacionista de la próxima subida de los precios de los productos energéticos

El Gobierno se encuentra estudiando los aspectos técnicos de una eventual próxima subida de los precios de los productos energéticos, adelantada hace unos días por el vicepresidente para Asuntos Económicos, Leopoldo Calvo Sotelo, y la repercusión que ésta tendrá sobre el índice de precios al consumo (IPC). Aunque parecen existir motivos objetivos para esta subida, fuentes solventes de la Administración indican que la subida podría retrasarse hasta el próximo diciembre, a menos que la situación del mercado mundial de crudos aconseje una acción más inmediata.

La Comisión Delegada del Gobierno, reunida el pasado lunes, dio un primer estudio a la cuestión de la subida de los productos energéticos. Aparte de los aspectos lógicos que implicará la subida, en lo que respecta al nivel inflacionista, la cuestión que parece retrasar una próxima acción es además el objetivo gubernamental de ir utilizando las modificaciones en los precios para racionalizar simultáneamente esa estructura e ir adecuando el coste real de los productos derivados del crudo al nominal de venta.En este sentido, el Gobierno estudia una subida en torno a las tres o cuatro pesetas para las gasolinas y un incremento porcentual más elevado para los gasóleos fueles y gases. No obstante, no parece probable que la adecuación del precio de los gasóleos y fueles a su coste real se haga de una forma completa, sin o que es mucho más probable que continúe con el gradualismo que el ex vicepresidente Abril Martorell imprimió en el pasado a estos precios. Razones de tipo político y económico, especialmente su impacto sobre el IPC, aconsejarían esta posición.

El Gobierno, según algunas fuentes, parte de la base de un coste medio del barril de crudo importado de 32,5 dólares por barril. Este precio, al que teóricamente no se llega todavía, en función del alto volumen de reservas tanto en Campsa como en refinerías, podría ser un hecho antes de fin de año si la evolución de la guerra entre Irak e Irán fuese aún peor que en la actualidad y su prolongación hiciera saltar las tensiones especulativas latentes en el mercado.

En cualquier caso, existen indicios suficientes para pensar que el conflicto en el golfo Pérsico no tendrá una mayor repercusión, a corto plazo, sobre los precios que estamos pagando por el crudo importado. Los suministros adicionales que se han conseguido llegan casi a totalizar ese 22% de nuestras importaciones, que se dejaron de recibir procedentes de Irán e Irak, y los precios obtenidos son equiparables a los que estos países nos vendían su crudo.

Aspectos de corte fiscal están también influyendo en los planteamientos de la nueva subida del crudo. Hacienda pretende, al parecer, comenzar a cargar impuestos indirectos adicionales en la gasolina (hasta 40.000 millones de pesetas), cuya autoridad está incluida en los Presupuestos. La pérdida del valor de la peseta es otro factor adicional que ha encarecido nuestras importaciones de crudo, en un monto que algunas fuentes sitúan en cuatro dólares por barril.

Reuniones de la OPEP

Por otro lado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que está atravesando una de las crisis más profundas en lo que respecta a su papel como moderador del mercado de crudo, no parece que tendrá tiempo antes de diciembre para considerar una revisión de los precios. La próxima conferencia ordinaria del consorcio está convocada, desde el pasado septiembre, para el 15 y 16 de diciembre próximos en Bali (Indonesia), y, según declaró ayer en Viena un portavoz de la organización, no existe ningún plan para modificar la fecha de la reunión. En ella deben revisarse los precios de referencia del crudo, actualmente de treinta dólares.Más importante que ésta, a nivel político, será la reunión que celebrarán en Kuwait, una semana antes del encuentro de Bali, los ministro de Petróleo de los países árabes de la OPEP, De este encuentro, que será cuidadosamente preparado por los viceministros en reuniones previas, debe salir una política uniforme de los países productores del golfo Pérsico ante las tensiones que, inevitablemente, surgirán en Bali. La presencia o ausencia de las delegaciones de Irán e Irak, en el caso muy posible de que continúe la guerra, tendrá una importante significación, pese a las declaraciones del ministro del Petróleo kuwaití de que la OPEP, como tal, poco puede hacer para mediar entre los dos socios.

Bayón señala que el PEN sigue adelante

Por otro lado, el ministro de Industria, Ignacio Bayón, insistió ayer que el Gobierno está dispuesto y comprometido a seguir adelante con el cumplimiento a raja tabla del Plan Energético Nacional (PEN). En un encuentro con periodistas alemanes y españoles, el ministro de Industria señaló que en 1981 se habrán invertido en el sector energético más de 375.000 millones de pesetas, lo que representa un 75% de aumento.

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