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La tragedia del colegio de Ortuella

Numerosas atenciones a los que han quedado sin escuela

Todo son ofrecimientos de ayuda material y económica, invitaciones y atenciones con los cerca de ochocientos niños de Ortuella que han quedado sin escuela desde el pasado jueves.El acomodo de todos ellos parece, en principio, prácticamente solucionado. Ayer mismo se produjo el ofrecimiento de los Ayuntamientos de Baracaldo, Sestao, Portugalete y San Salvador del Valle para acoger, dependiendo de su capacidad, el máximo número de alumnos de Ortuella sin aula. Solamente en la última, y la más pequeña de las cuatro localidades -situada a cinco kilómetros de Ortuella-, hay ya dispuestas doscientas plazas.

Pero antes de que los compañeros de las víctimas, con el trauma de la explosión y las imágenes aún frescas en la cabeza, regresen al colegio, hay ya entidades que se han preocupado de preparar de inmediato unas «vacaciones anticipadas para olvidar». Así, el PSOE (Ortuella es un Ayuntamiento socialista y entre las víctimas hay más de una docena de hijos de militantes y simpatizantes) pretende -y así lo comunicó -ayer a EL PAIS- enviar varios grupos de cien alumnos afectados al extranjero -más concretamente puede ser Alemania-, para que pasen allí unos días de descanso y se diviertan.

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Por su parte, el alcalde de Barcelona, el socialista Narcis Serra, enviaba ayer a Ortuella un telegrama poniendo a disposición de los escolares afectados albergues y residencias, para que conozcan Barcelona y Cataluña durante unas semanas.

Junto a estas invitaciones, desde la tarde del jueves se han recibido en el Ayuntamiento de Ortuella donaciones económicas para ayudar a los damnificados y a los escolares afectados. De entre ellas, cabe destacar la del Colegio MontBlanc, de Barcelona, que destinará a los damnificados todos los beneficios de un festival musical.

Duro a duro, peseta a peseta, los alumnos de la localidad dé Santurce recogieron ayer más de 10.000 pesetas, que entregaron al Ayuntamiento de Ortuella. No menos emotivo fue el caso de un niño de corta edad que preguntó por el alcalde y le hizo entrega de cien pesetas ahorradas.

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