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Fuerte polémica en Cataluña ante la disolución de las cámaras agrarias

La Generalidad de Cataluña se ha comprometido a enviar, antes de un mes, un proyecto de ley al Parlamento catalán por el que se establecerá la disolución de las cámaras agrarias en Cataluña. El anuncio fue hecho por el propio Jordi Pujol en el curso del último debate parlamentario catalán y fue recogido en una resolución votada por todos los grupos catalanes, a excepción de Centristas de Cataluña-UCD.

La resolución parlamentaria anuncia la disolución de las cámaras y su sustitución por un organismo de servicios agrarios, dependiente de la Generalidad, que respete la representatividad de los sindicatos y campesinos y que no interfiera las competencias municipales en materia agraria. Asimismo, hace referencia al patrimonio sindical agrario, que deberá repartirse tras un pacto entre las organizaciones campesinas.Tras la decisión del Parlamento, el tema ha sido objeto de una viva polémica entre las organizaciones sindicales catalanas. De una parte, el sindicato mayoritario del campesinado catalán, la Unió de Pagesos, ha acogido la resolución con satisfacción -la desaparición de las cámaras era su principal reivindicación desde la fundación del sindicato-. Los sindicatos agrarios minoritarios -Jóvenes Agricultores, Pagesia i Ramaderia, Pagesia dels Paisos Catalans, etcétera- y los dirigentes de las cámaras agrarias han levantado una oleada de protestas, basándose principalmente en que la disolución dificulta la posterior representación del campesinado catalán en la Comunidad Económica Europea, al no aceptar ésta representaciones regionales.

Este argumento fue calificado de «demagógico» por un destacado dirigente de la Unió de Pagesos: «No es cierto que la disolución de las cámaras equivalga a no entrar en el Mercado Común. En Europa, donde no hay cámaras, hay sindicatos, como en el caso italiano. En la oposición a la disolución entran motivos de tipo político y personal, ligados a personas vinculadas al Gobierno de UCD, al caciquismo y a las antiguas estructuras sindicales verticales».

La Unió de Pagesos tiene en la actualidad alrededor de 20.000 militantes, aproximadamente el 20% del campesinado censado en Cataluña. Su influencia es, sin embargo, muy superior. Prueba de ello son las últimas elecciones a cámaras agrarias, en las que propugnó la abstención y fue seguida mayoritariamente: sólo un 20% del censo acudió a las urnas.

La militancia en los restantes sindicatos es muy minoritaria. El Centro Nacional de Jóvenes Agricultores (CNJA) -al que los de la Unió llaman Coneja- cuenta sólo con 3.000 ó 4.000 militantes, mientras que los restantes sindicatos son de escasa o nula implantación, en ocasiones únicamente existen en una sola comarca o sector, como el Sindicat de Ramaders o Pagesía del Paisos Catalans, con militancia únicamente en las comarcas del Bajo Llobregat y el Maresme, respectivamente.

Son precisamente estos sindicatos minoritarios, unidos a los independientes, los que coparon las cámaras agrarias y ahora pugnan por su mantenimiento a ultranza. Durante los últimos días han proliferado las manifestaciones contrarias a la decisión del Parlamento catalán, llegando algunas de ellas a insinuar que el partido del Gobierno -UCD mantiene vínculos directos con quienes ocupan las cámaras agrarias- solicitará que sea estudiada la posible anticonstitucionalidad de la resolución parlamentaria.

La COAG, a favor de la disolución

En Madrid, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) ha hecho público un comunicado en el que apoya la decisión del Parlamento catalán de disolver las cámaras de la región. La coordinadora condena la actitud de la CONCA, que, «olvidando su necesaria neutralidad, interfiere con su postura en la soberanía del Parlamento catalán».En contra de los argumentos de la CONCA, la COAG manifiesta que, desgraciadamente, en la mayoría de los sitios las cámaras agrarias son un aparato político al servicio del caciquismo y de determinados grupos de presión política y económica; en otros sitios, donde esta situación se ha roto por la presencia de las uniones, asegura el comunicado, «se está bloqueando el trabajo de las Cámaras desde el propio Gobierno, lo que demuestra que sólo son un instrumento útil al servicio del poder establecido».

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