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EDUCACIÓN

"La universidad vive de milagro", según el rector de la Autónoma de Madrid

«Estamos en crisis total, puesto que no ha cambiado nada. Seguimos donde estábamos. La universidad vive de milagro», dijo el rector de la Universidad Autónoma de Madrid, Pedro Martínez Montávez, durante un duro discurso sobre la situación de la universidad española en el acto inaugural del nuevo curso, que, exento de todo protocolo, como es ya habitual en la universalidad del campus de Cantoblanco, se celebró ayer.

Varias universidades celebraron ayer los actos oficiales de inauguración del curso, mientras se mantiene la huelga de catedráticos, en defensa de sus reivindicaciones económicas, en las de Oviedo, León, Valladolid y Salamanca, que afecta, según fuentes del Ministerio de Universidades e Investigación, al 15% de la plantilla general de este cuerpo. También los profesores agregados de dichas universidades secundan el paro convocado por sus respectivas asociaciones profesionales.El profesor Montávez acusó a los poderes públicos políticos, sociales y económicos de falta de atención, indiferencia, desconocimiento e incluso desprecio de la institución, «la cual», añadió, «no puede seguir siendo objeto inerme, refugio del arribismo y de la frivolidad».

El doctor Montávez lamentó que la universidad no haya sido ni siquiera «convidado de piedra» en trascendentales hechos de la vida nacional, y dijo que una sociedad a la que la universidad no le importa, como es el caso de la nuestra, es una sociedad desquiciada, «y un poder público que no le impone a la sociedad esas preocupaciones, un poder público».

Críticas a la huelga

La oportunidad y aun el sentido de las huelgas de catedráticos fueron duramente cuestionados por el profesor Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía de la Universidad de Oviedo, con ocasión de su intervención en el acto inaugural de dicha universidad, según informa nuestro corresponsal en la capital asturiana, José Manuel Vaquero.

El rector, profesor López Cuesta, lamentó en su discurso las condiciones y agravios continuos que sufren los profesores y la universidad, mientras los profesores no numerarios desplegaban una gran pancarta en la que, entre otras cosas, podía leerse que los catedráticos cobran más de 100.000 pesetas mensuales, mientras que ellos perciben menos de 40.000.

Por su parte, Gustavo Bueno, catedrático de Filosofía y uno de los jefes de fila del pensamiento marxista español, que acudió a la universidad escayolado y vistió la toga por primera vez, hizo pública una carta dirigida al presidente de la asociación de catedráticos en la que afirma no ver claro el momento elegido para suscitar reivindicaciones económicas, a la vista de la situación española, con más de 1.500.000 parados, y, entre ellos, «varios millares de hambrientos al borde de la desesperación».

El profesor Bueno, después de reconocer el agravio comparativo que sufren los catedráticos, dice que la acción emprendida puede volverse contra ellos porque es impopular y porque no contará con el apoyo de los profesores no numerarios ni de los estudiantes. «Y ello», añade, porque siempre podrían argumentar que el agravio comparativo que el Gobierno infringe al cuerpo de catedráticos de universidad puede cancelarse no ya subiendo nuestras retribuciones complementarias hasta alcanzar y aun rebasar el nivel de otros cuerpos privilegiados, sino rebajando el nivel de esos privilegios en la medida proporcionada. Más aún: una acción reivindicativa como la que se plantea podría tener consecuencias, sin duda no queridas por nadie, semejantes a esas que parecen buscar explícitamente los grupos de extrema derecha o de extrema izquierda o bien de extrema autonomía, a saber, la desestabilización de nuestra aún frágil democracia».

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