La Conferencia Islámica ofrece sus buenos oficios
Los cuarenta países árabes que integran la Conferencia Islámica propusieron ayer que una «misión de buena voluntad», encabezada por el general Zia-Ul-Haq, presidente de Pakistán, viaje este fin de semana a Teherán y Bagdad para recoger las propuestas de los dos países contendientes tendentes a acabar con la guerra del golgo Pérsico. El presidente Banisadr, en nombre de Irán, e Irak aceptaron en principio la propuesta, pero horas después el primer ministro iraní, Alí Radjai, rechazaba -a través de Radio Teherán- toda posibilidad de buenos oficios, mediación o negociación ofrecida por los países islámicos.«No es una misión de mediación», precisó Chatty al término de tres horas de reunión de la Conferencia Islámica en las Naciones Unidas (Nueva York), foro en el que los representantes de Irán e Irak intercambiaron acusaciones mutuas sobre el origen de la actual guerra.
Precisó también Chatty que la iniciativa del grupo de países árabes es independiente de la que pueda decidir el Consejo de Seguridad de la ONU, reunido desde anoche en Nueva York, con la esperanza de llegar a una petición unánime y formal para un «alto el fuego» entre Irán e Irak.
La reunión del Consejo de Seguridad, «organismo que tiene la particularidad de reaccionar siempre cuando ya hay muchos muertos por delante», comentó un diplomático, fue precedida de una serie de maniobras diplomáticas entre las grandes potencias. Finalmente fue, a propuesta de México y de un grupo de países del Tercer Mundo, cuando se convocó la reunión.
La neutralidad EE UU-URSS
Estados Unidos y la Unión Soviética, cuyos primeros dirigentes diplomáticos, Edmund Muskie y Andrei Gromiko, se reunieron el jueves en Nueva York, mantienen su letanía oficial de «no intervención» en la guerra irano-iraquí. Aunque, indudablemente, tanto Washington como Moscú analizan y siguen con particular interés la evolución de una guerra que cambiará la balanza de fuerzas en Oriente Próximo el estratégico barril de petróleo que contienen las arenas ribereñas del golfo Pérsico.
La decisión del grupo de países islámicos se interpreta como «un primer paso» para una negociación entre Irán e Irak, pero no necesariamente como un logro para acallar las armas.
Después de un éxito indiscutible, bajo el punto de vista militar, del Ejército iraquí en tierras de Irán, no se excluye en medios estratégicos norteamericanos que Teherán recupere fuerzas y, a través de una movilización popular, intente una réplica violenta contra Irak, estimulando la guerra, aunque sólo sea para negociar una paz sobre bases más equilibradas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.