Prohibida la venta de carne de ternera en Italia por contener estrógenos
Desde ayer, por la mañana, ha sido prohibido en todo el territorio nacional italiano la venta de carne de ternera, por decisión del juez de Latina, Giuseppe Mancini. La motivación ha sido «que existen graves sospechas de que en Italia la carne de ternera, tanto la del país como la importada, contenga sustancias nocivas a la salud». Al parecer, se trata del estrógeno dietilstilbestrolo o de otros semejantes. La noticia ha causado mayor impresión que la misma guerra entre Irak e Irán, y se ha levantado una polémica durísima entre el juez y el sector, desde los importadores hasta los vendedores, quienes han calificado de «locura» la decisión de la magistratura. Por su parte, la Unión de Consumidores ha apoyado al juez de Latina afirmando que «más importante que las pérdidas hipotéticas del mercado de carne es la salud de los ciudadanos». Los carabinieri han secuestrado toda la carne de ternera en los 70.000 puestos de venta del país y toda la congelada en los almacenes, mientras que en las fronteras están inmovilizados cientos de camiones de carne importada en espera de exámenes veterinarios.El problema es grave, porque el examen de todos estos cientos de miles de kilos de carne secuestrada será largo. La carne descongelada no podrá ser congelada de nuevo, y los negociantes se preguntan qué van a hacer, hasta que llegue el examen, con toda la carne fresca aún no congelada. Se trata de miles de millones de pesetas. La Confagricultura y la Confcomercio, es decir, las asociaciones de agricultores y comerciantes, han protestado duramente, amenazando con acciones legales y pidiendo al Gobierno que promueva en los medios de información una campaña que impida una psicosis colectiva contra la carne, explicando bien claro que incluso los riesgos de estos estrógenos no producen daños tan graves como algunos pretenden.
Al parecer, en varios países, como Estados Unidos y Canadá, está permitido mezclar con el pienso una cierta cantidad de estrógenos. En este caso, la eliminación se hace en sólo 48 horas, y al consumidor le llega la carne ya limpia de estas sustancias dañinas. Pero como en la Comunidad Europea está prohibido por ley todo uso de estrógenos de cualquier tipo, esta operación, que aumenta en un 15 % el volumen de carne de las reses, con una ganancia para los productores, se hace con inyecciones en la piel del animal, lo cual hace que la sustancia prohibida dure semanas enteras y pase a la carne comprada por el consumidor. Los servicios de higiene de la capital han afirmado ayer que el problema es peliagudo, porque Italia importa un tercio de la carne de ternera y el análisis se hace dificilísimo, porque las reses llegan sin aquellos órganos, como la próstata, donde se puede observar directamente el estrógeno. Por eso es necesario hacer el análisis de los músculos e inyectarlos en ratones para observar las consecuencias. La operación dura por lo menos una semana.
Por otra parte, los servicios actuales de higiene del ayuntamiento pueden sólo llevar a cabo cada día la observación de cien terneras, mientras se matan más de 2.000. «Hay que hacer cualquier cosa antes de que sea demasiado tarde para la salud de los ciudadanos, ya tan comprometida en otros campos», afirma la Unión de Consumidores.
Y mientras crece la polémica acaba de realizarse un golpe a la italiana: han sido robados de los almacenes generales de Roma 3.000 kilos de carne de ternera. Puede ser un robo o un modo de esconder el cuerpo del delito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.