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Checoslovaquia quiere reducir a una semana los debates, políticos de la CSCE

Checoslovaquia desea que los debates de la reunión principal de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), de Madrid, relativos al análisis del cumplimiento del Acta Final de Helsinki -derechos humanos y crisis de Afganistán, aquí incluidos- se desarrollen en sólo una semana, aproximadamente.

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Este es, en síntesis, el contenido de una propuesta formal sobre la organización de la conferencia, presentada ayer por la delegación checa, y que fue calificada corno desalentadora e inaceptable por el primer responsable de la delegación de Estados Unidos, Max Kampellman.Jaromir Johanes, el hombre que criticó más duramente la propuesta que España presentó hace días sobre el orden del día, organización y calendario de la CSCE, ha vuelto a desempeñar el papel de, país duro dentro del bloque socialista, provocando la indignación de Estados Unidos y de la totalidad de los países occidentales, que no excluyen ahora la posibilidad de que Gran Bretaña presente, por su parte, un nuevo documento de trabajo, endureciendo las posiciones defendidas por Occidente.

En el día de ayer la sala de sesiones se caldeó por primera vez a causa del documento checo, calificado de «provocación» por occidentales en los pasillos de la conferencia. El malestar se inició por la mañana, al anunciarse la existencia de dicho papel, que el propio delegado de Checoslovaquia se negó a comentar y que sólo estaba redactado en ruso, idioma que, al parecer, no dominaba.

En resumen, la propuesta checa, relativa a la organización de la CSCE, y con la que los países socialistas completan la presentada por Hungría sobre el orden del día de la conferencia, se dice que los debates políticos sobre el cumplimiento del Acta Final de Helsinki deben compartir el tiempo con el resto de las cuestiones técnicas, de protocolo, de desarrolló de la distensión de elaboración y análisis de nuevas propuestas y de la discusión de las fórmulas sobre la continuidad de la CSCE. En definitiva, las discusiones políticas sobre derechos humanos y Afganistán quedarían reducidas en el tiempo, más o menos, a una semana, y podrían ser interferidas con una lluvia de propuestas sobre temas marginales. Esta iniciativa pone también en tela de juicio el compromiso del lunes, sobre la necesidad de garantizar la continuidad de la próxima conferencia.

Ante esta oferta del Este, el delegado de Estados Unidos afirmó ayer en términos duros que su país no acepta más compromisos posibles sobre la articulación de la CSCE que el que puede redactarse en torno al libro amarillo o sistema adoptado en Belgrado, lo que constituye la propuesta que España presentó a la conferencia. Kampellman afirmó que no está dispuesto a encontrar una línea media entre el documento español y los presentados húngaros y checos, por lo que se cree que Gran Bretaña entregará en la conferencia un nuevo documento.

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