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El encuentro Muskie-Gromiko influenciará la reunión preparatoria de la CSCE

El encuentro en Nueva York, la próxima semana, de los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos y de la Unión Soviética, Edmund Muskie y Andrei Gromiko, durante los trabajos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, tendrá un efecto inmediato sobre el desarrollo de la reunión preparatoria de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), de Madrid.

Según fuentes diplomáticas americanas, la evolución de la situación política y militar de Afganistán será uno de los temas centrales del diálogo que Muskie y Gromiko mantendrán en la capital neoyorquina, después de varios meses de ausencia de contacto directo EE UU-URSS, y en el que la reanudación de negociaciones sobre desarme táctico puede ser el primer resultado que anime la decaída distensión entre el Este y el Oeste. En esta conversación, la parte americana espera obtener información directa sobre la crisis afgana que, por otra parte, constituye el punto central de debate de la futura fase principal de la CSCE que se iniciará en Madrid el próximo mes de noviembre y cuyo reglamento de discusiones está actualmente sometido a los análisis de la reunión preparatoria.Por todo ello se espera que, en los próximos días, el termómetro de las relaciones Este-Oeste tenga un primer reflejo global en Madrid, a la espera del diálogo Muskie-Gromiko y del desarrollo de la situación internacional, en general, en la que la crisis polaca alcanzó, en las últimas horas, nuevas cotas de tensión que preocupan al bloque socialista. Por otra parte, el golpe militar de Turquía, que evoluciona sin presiones especiales de los países de la OTAN, ha debilitado las posiciones de partida del bloque occidental.

Hasta el momento, los trabajos preparatorios de la CSCE de Madrid se han limitado, en sus dos primeras semanas de debate, a una toma de contacto diplomático y a un tanteo de las posiciones de fuerza que uno y otro bloque, OTAN y Pacto de Varsovia, empiezan a tomar con vistas a la apertura en noviembre de la CSCE propiamente dicha. Se ha destapado, sin mucha sorpresa, el sistema de alianzas e iniciativas de la discusión madrileña dedicada, hasta ahora, a ver cuál es el sistema o reglamento de los debates de la CSCE, especialmente en lo que se refiere al cumplimiento del Acta Final de Helsinki, que la URSS y las naciones del Este desean reducir en el tiempo y encajarlo en un solo determinado período de la conferencia. Estados Unidos y sus aliados desean, al contrario, tiempo suficiente para incluir aquí, sin límite alguno, los temas relativos a Afganistán y derechos humanos.

Para ello, los expertos de una y otra parte han tomado actitudes distintas. Occidente, en este caso representado por España, pidió que la CSCE se rija por el reglamento de Belgrado o libro amarillo. Esta propuesta que, con algún matiz, Madrid «robó» a los representantes de Austria, que aspiraban a presentarla como base de compromiso Este-Oeste en nombre de las naciones neutrales y no alineadas que participan en la conferencia, es considerada como no aceptable por el Este. La URSS, precedida por Checoslovaquia y utilizando a Hungría como portavoz, ha llevado a la mesa de debates una contraoferta, que intenta reducir el tema dedicado a las discusiones políticas de la conferencia como alternativa al libro amarillo que aceptaron en Belgrado.

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