La Iglesia quiere prorrogar su situación fiscal en la enseñanza

La Iglesia española pretende renunciar a toda clase de privilegios en materia de tributos al Estado cuando realice actividades de carácter económico, pero quiere que se respeten las exenciones previstas en sus acuerdos con el Estado cuando se trate de actividades religiosas. En cuanto a las actividades educativas, tienen un tratamiento muy especial, y se propone la prórroga por cinco años de la situación actual. Estos son los puntos del documento elaborado por la comisión mixta para la aplicación de los acuerdos Iglesia-Estado, sobre la incidencia de la nueva legislación fiscal en las entidades y personas religiosas, que fueron explicados ayer a los medios informativos por el vicesecretario de Economía de la Conferencia Episcopal, Bernardo Herráez, en la segunda jornada de reunión de la comisión permanente del Episcopado. Antonio Montero, obispo de Badajoz y presidente de la comisión episcopal de Medios de Comunidad Social, que dio cuenta, según las agencias, de los temas tratados hasta ahora por los obispos, explicó que los acuerdos Iglesia-Estado suponen la modificación del régimen de exenciones, del que gozaba la Iglesia en virtud del Concordato de 1953, por lo que, según manifestó, aquélla ha entrado prácticamente en un régimen normal de fiscalidad. El informe elaborado por la comisión mixta para la aplicación de los acuerdos Iglesia-Estado estudia, principalmente, dos puntos: la incidencia de la ley de Impuestos sobre Sociedades en todas las entidades religiosas y las consecuencias que se derivan para los religiosos de la ley del Impuesto sobre la Renta.

Dentro de los temas económicos, la permanente del Episcopado estudió también la nueva sede de la Conferencia Episcopal, que estará situada en la calle de Añastro, número 1, de Madrid, en la zona de la calle de Arturo Soria. El nuevo edificio tardará en construirse unos quince meses, y albergará todos los organismos que componen actualmente la Conferencia Episcopal, que se encuentran esparcidos en cinco lugares. Según fuentes de la permanente, el edificio tendrá un carácter sobrio, moderno y funcional, adaptado a. la realidad concreta de la Conferencia en su futuro y dentro de una imagen y exigencia propias. Se estudiará la conversión de la sede actual, en la calle de Alfonso XI, en fuente de financiación, para que sirva para subvencionar las obras.

Con respecto a la visita del Papa a España, prevista para octubre de 1981, los obispos desean que sea fuente de renovación de la Iglesia española, según dijo Antonio Montero. La permanente ha estudiado el mapa de los posibles lugares que visitaría Juan Pablo II y una hipótesis de calendario, que será propuesta a la asamblea plenaria, y después, sometida al Papa.

Se piensa que la visita pastoral del Papa podría celebrarse en octubre de 1981, con motivo del cuarto centenario de santa Teresa de Jesús, y para que Wojtyla conozca la realidad de la Iglesia en España. Juan Pablo Il tomaría contacto con sectores, como la juventud, el mundo del trabajo y el eclesiástico, y asistiría a grandes concentraciones, que se efectuarían en lugares significativos, bien por su peso específico o por su significado religioso. Antonio Montero no dio ciudades ni fechas exactas de la visita, porque, dijo, son temas sobre los que, en última instancia debe decidir el visitante.