El delegado de EE UU en la CSCE pidió la continuidad de la reunión de Madrid
Max Kampellman, miembro de la delegación de Estados Unidos en la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europea (CSCE) afirmó ayer que la conferencia debía continuar tras la reunión de Madrid. El delegado americano añadió que su país no desea abrir el debate político en la reunión preparatoria en curso y que consideraba el Libro Amarillo de Belgrado (o normas de procedimiento de la anterior reunión) como reglamento ideal para la actual convocatoria. Asimismo definió el espíritu de su delegación con la frase de Hipócrates «Por encima de todo, no hacer daño».
En la sesión de ayer, los delegados adoptaron por consenso el título de la conferencia, que será el de «reunión de Madrid de 1980 de los representantes de los Estados participantes en la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa, convocada sobre la base de las disposiciones del Acta Final, relativas a la continuidad de la conferencia. Reunión preparatoria». Esta largísima definición, aprobada por consenso, no pudo ser sustituida por otra más breve porque algunos países, como los del este europeo, prefieren la referencia al Acta de Helsinki como documento base de trabajo y evitar así la aceptación definitiva y sin retoques del llamado Libro Amarillo, en el que se incluye la obligación de la conferencia principal de fijar fecha y lugar de una reunión posterior.La utilización del Libro Amarillo como base de procedimiento constituye el primer punto de debate entre los bloques oriental y occidental, esencialmente por el tema de la continuidad de la conferencia, a la que aludió ayer Kampellman en su discurso. Por el momento, ningún delegado se ha opuesto a que este reglamento figure en la base, pero tampoco ha sido posible el contar con el consenso definitivo que permita asegurar que dicho libro es el único e inamovible documento posible. En su discurso, el delegado norteamericano señaló que Estados Unidos era favorable a ciertas reformas del libro, pero que habían renunciado a ellas para evitar abrir ahora un debate que sería espinoso y complicado. Asimismo dio a entender que algunos retoques serían posibles, lo que podría haber sido parte de un compromiso EE UU-URSS, cuyos principales delegados, Kampellman y Dubinin, se entrevistaron en privado, al parecer, en la tarde del miércoles pasado. De todas formas, Kampellman declaró ayer ante los delegados que su Gobierno «se resiste a buscar cambios importantes y a abrir la caja de pandora», para evitar un debate suplementario.
Asimismo, el representante americano dijo que su país es partidario de que la conferencia no sea muy larga y jugó con la broma del británico, quien había dicho que él podía aguantar en Madrid «49 semanas» diciendo que no esperaba que se llegara a tan largo periplo.
La reunión concluyó con un compromiso noruego-húngaro en favor de que otras delegaciones -seguramente las de países neutrales- presenten hoy un programa de trabajo sobre el punto en debate, que es el relativo al orden del día y calendario de la conferencia propiamente dicha.
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