Afganistán no se tratará en la sesión preparatoria de la Conferencia de Madrid
La invasión de Afganistán por tropas de la Unión Soviética no será objeto de debate en los trabajos preparatorios de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea (CSCE), que se iniciarán en Madrid el próximo día 9. Esto es lo que afirmó el embajador de España y jefe de la delegación hispana en dicha conferencia, Javier Rupérez, al término de la primera ronda de conversaciones que ayer mantuvo en Washington con altos funcionarios norteamericanos que trabajan en la elaboración de la posición de Estados Unidos en la Conferencia de Madrid.El embajador Rupérez aseguró que tanto Estados Unidos como la Unión Soviética están decididos a no abordar «temas. sustanciales» (tales como Afganistán, derechos humanos, etcétera) en la sesión preparatoria de la conferencia, que se iniciará a principios de la semana próxima. Al parecer, existe el compromiso de que en esta reunión, en la que la mayoría de los países participantes estarán representados a nivel de suplentes, las discusiones se limiten a temas de procedimiento, orden del día y, sobre todo, a cuestiories relativas al calendario y posible continuación de la conferencia.
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El debate político se relegará a noviembre
Viene de primera páginaEs decir, que, en principio, el debate Este-Oeste de la convocatoria de Madrid para la distensión quedará reducido a cuestiones técnicas, aunque no se excluye la posibilidad de que algún país decida, en un momento dado, abrir la caja de los debates pendientes. Esto podría ocurrir por parte de Estados Unidos si la cuestión de la conferencia surge de manera violenta en el seno de la campaña electoral norteamericana. Esta es una de las preocupaciones que la delegación española llegada a Washington traía a la capital norteamericana.
En principio, la posición de Estados Unidos parece ser la de retrasar el debate político a la sesión de apertura oficial de la conferencia, prevista para el día 11 de noviembre, siete días después de las elecciones presidenciales de este país. En este momento se cree que tanto Estados Unidos como la mayoría de los países occidentales abrirán, frente a la URSS y países del Este, todo un proceso sobre el cumplimiento o incumplimiento del acta final de Helsinki, según lo acordado entre los aliados, que, al parecer, y tras los últimos acontecimientos de Polonia, parecen dispuestos a utilizar un tono claro, pero no violento, como afirmó ayer Javier Rupérez.
Para el embajador español, estas dos actitudes, la de relegar el debate político a noviembre y la de pactar entre los occidentales un tono no violento en sus denuncias, constituyen dos elementos importantes que han de dar una perspectiva constructiva a la conferencia. Esta era, al menos, la impresión que Rupérez obtuvo en Washington al término de su primera ronda de conversaciones en el Departamento de Estado con la asesora del secretario de Estado, Ridgway; con el asistente de la sección europea, Alen Homes, y, en especial, con el segundo responsable de la delegación americana en la Conferencia y jefe de la delegación que asistirá a la fase preparatoria, Kampellman.
Pero todo ello no quiere decir que esta es la última posición de Estados Unidos. El embajador Rupérez tiene que encontrarse aún con Spencer Oliver, responsable de la elaboración de un amplio informe sobre el incumplimiento del acta de Helsinki por los soviéticos y demás países del Este, de acuerdo con el mandato que le dio el Congreso. Spencer Oliver tiene fama de duro en Washington, y hace tan sólo unos meses declaraba en esta ciudad que la convocatoria de Madrid debería convertirse en un foro de denuncia de los países del Este, en especial por el tema de Afganistán.
También podría influir en un posible cambio de la actitud americana el desarrollo de la situación política internacional, que puede obligar a que la actitud americana sea mucho más dura en Madrid, incluso antes de la apertura de la conferencia formal, porque todo acontecimiento internacional tiene reflejo inmediato en la campaña electoral americana. No sería de extrañar que el candidato Reagan utilice cualquier argumento para acusar de debilidad a la Administración Carter en sus relaciones con el este europeo. Y por todo ello, aunque las perspectivas de hoy son algo esperanzadoras, en lo que a la continuación del diálogo se refiere, en ningún momento se puede perder de vista la posibilidad del endurecimiento. o incluso de la ruptura.
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