"Opera prima" y la crítica de la izquierda juvenil
La única película española que participa en la Mostra Internacional del Cine, de la Bienal de Venecia, Opera prima, de Fernando Trueba, ha tenido una acogida aceptable en la sesión para la crítica, y, algo más ruidosa, en risas y comentarios, durante la proyección pública celebrada ayer en la sala grande del Palacio del Cine. La película se presentó en la sección de Taller veneciano, y concursa a uno de los premios León de Oro, en la modalidad del primer largometraje del realizador.
La forma en que el comité seleccionador ha distribuido las películas en las secciones de Cinema 80, Taller veneciano, Contracampo y Mediodía- Medianoche, ha motivado algunas discusiones y protestas de directores, aunque el concurso de «primera obra» incluye películas de las dos primeras secciones.Fernando Trueba y Oscar Ladoire, director, actor y guionistas de Opera prima, no llegaron a tiempo para asistir al pase de su película a los informadores especializados, el pasado viernes, si bien estuvieron presentes en la conferencia de Prensa celebrada ayer. Los organizadores de la Mostra habían adelantado con «reservas» su estancia en el Lido. La compenetración entre Trueba y Ladoire ha saltado de la pantalla a la vida real. En Opera prima, el protagonista, Matías, asegura tener horror al avión. Director y actor, a causa del miedo a volar en avión, se han desplazado en medios de locomoción más lentos, utilizando en los últimos dos días el tren y el coche, respectivamente.
Stanley Kubrick estará presente en San Sebastián
Un caso célebre de terror a los aviones es el de Stanley Kubrick, autor de 2001, una odisea en el espacio, quien, por cierto, no ha traído su última película, al tenerla comprometida con el próximo festival de San Sebastián. En parecidas circunstancias se encuentran las últimas obras de Bergman y Altman, estrenadas en los recientes festivales de Oxford y Montreal.Durante la conferencia de Prensa, a la que asistió el director general de Cinematografía, Carlos Gortari, llegado expresamente para presenciar el pase de la película española, se notó la ausencia de los críticos de los grandes medios informativos y, por contra, las cuestiones planteadas se perfilan en el interés medio de la crítica más joven, que no entró en discusiones formales y de contenido. En este tipo de encuentros se da un peloteo de preguntas y respuestas que no aportan mucha información y no llegan a los análisis más rigurosos. Quizá se deba a la falta de pasión por el cine o la rutina que ofrecen las películas.
El interés de los críticos se centró en intentar conocer las relaciones del argumento de Opera prima con la situación de la actual generación y la posible crítica a una izquierda juvenil, heredera de la cultura de los años sesenta y setenta, aspecto que ha tocado alguna reciente realización italiana. Trueba señaló que en la película no hay mensajes, ni conflictos generacionales, ni tampoco se refiere a un entorno madrileño específico, sino que se trata de una comedia con unos personajes reales identificables también para el público de otros países. Esta identificación del público con los diálogos y la imagen de la película se pudo comprobar durante la proyeccción de la misma, con continuas risas, incluso las alusiones de tipo más intelectual, que ya pertenecen a la cultura europea.
Trueba se extendió, dentro de la avaricia de sus explicaciones sobre Opera prima, en la identificación con la comedia americana y, en concreto expresó, contestando a una pregunta, su admiración por el Woody Allen de Annie Hall. «Los americanos», dijo, «son los maestros de la comedia, el género más serio que conozco, ya que requiere una realización rigurosa. Hacer una comedia es un riesgo». Al contestar otras cuestiones, negó la relación de su película con otras que tratan el tema generacional, como Tigres de papel y Asignatura pendiente, al definirlas como películas realistas, con algunos elementos de comedia. En cuanto a la comedia española, que suele utilizar unos personajes tradicionales reconocibles en la sociedad, destacó el nombre del realizador Berlanga.
El director y el actor de Opera prima compartieron la conferencia de Prensa con el realizador argelino Brahim Tsaki, que presentó su primer largo, El hijo del viento, una producción estatal con escasa difusión en las circunstancias de industria cinematográfica de su país, y la directora Srdjan Karanovic, que concursa con La corona de Petria, una muestra del interés que suscita el nuevo cine yugoslavo. Estaba prevista la asistencia del realizador italiano Marco Bellocchio, quien tiene fuera de concurso su último trabajo, Vacaciones en val trebbia, una cinta de cincuenta minutos, realizada durante unas vacaciones veraniegas hace dos años.
Babelia
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