Ciudad Rodrigo, contra la posible demolición de su Teatro Nuevo
Es un edificio modernista de principios de siglo
El Teatro Nuevo, de Ciudad Rodrigo, un edificio modernista de indudable interés, sobre todo en su interior, puede caer bajo la acción de la excavadora o la piqueta por la inhibición del ayuntamiento mirobrigense y de la Diputación Provincial de Salamanca. Mientras a estas corporaciones, mayoritariamente de UCD, no parece preocuparles el problema, la comisión provincial del Patrimonio, animada y respaldada por la Asociación de Amigos de Ciudad Rodrigo, ha lanzado la voz de alarma.En cualquier caso, el modernismo no es santo de especial devoción en Salamanca, donde en algunos sectores se niega todo valor a cualquier edificio posterior al siglo XVII e incluso a algunos anteriores. Una casa representativa de la arquitectura de finales del diecinueve, la de la calle de Zamora, 30 -así se la conoce-, se salvó de la demolición porque la Dirección General del Patrimonio abrió un expediente para su declaración como monumento nacional, después de que el anterior ayuntamiento hubiese facilitado una información previa para construir, al mismo constructor que acabaría comprando el inmueble, en la que se contemplaba su derribo.
Aunque diversos grupos y entidades habían reclamado la conservación del edificio, muy pocos se adhirieron a la decisión de la dirección general, porque el carácter de monumento nacional excedía las pretensiones de un edificio representativo de una época arquitectónica, pero poco más. Sin embargo, gracias a aquélla, el inmueble sigue en pie, y por ello la Asociación de Amigos de Ciudad Rodrigo intentó que la historia se repitiera en el caso del Teatro Nuevo. Mas la comisión del Patrimonio, el organismo más empeñado en conservar el edificio, no quiso, en este caso, «devaluar el concepto de monumento nacional».
Disputas por el derribo
El derribo del Teatro Nuevo se ha planteado a raíz de su adquisición por un importante constructor de Ciudad Rodrigo, Francisco Rodríguez Lamas, contra el que se sigue un expediente en la delegacion provincial de Cultura por haber derribado parte de la muralla romana de la ciudad. Más que el inmueble, el constructor compró el solar, para levantar, una vez demolido el teatro, un edificio de pisos. Ante la reacción de la asociación de amigos y de la postura que dejó traslucir la comisión provincial del Patrimonio, el señor Rodríguez Lamas anunció su propósito de vender el inmueble a cualquier entidad o particular que se comprometiera a destinarlo a fines culturales. Algún tiempo después fijó el precio en 35 millones de pesetas.El Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo se ha negado a comprar el local, alegando falta de fondos, y traspasó el tema al Ministerio de Cultura. Para éste, el precio resulta excesivo, y por ello ha sugerido al municipio que incoara un expediente de expropiación por interés público. Pero el consistorio no se muestra dispuesto a enfrentarse con el constructor y se niega a tal propuesta, pese a que por dicho procedimiento el precio de compra del teatro se reduciría de forma considerable. La comisión del Patrimonio propuso entonces a la diputación que iniciara los trámites para la declaración del Teatro Nuevo como monumento provincial, por «su valor testimonial, especialmente ligado a la historia de Ciudad Rodrigo». La corporación salmantina, después de mes y medio, aún no se ha pronunciado al respecto, pese a haber firmado recientemente un convenio con el Ministerio de Cultura para obras de conservación, del que, según ha manifestado este último, podrían destinarse fondos a tal fin.
En esta situación, el constructor solicitó a la comisión provincial del Patrimonio autorización para proceder al derribo del Teatro Nuevo. La negativa, amparada jurídicamente por encontrarse el edificio en cuestión dentro del conjunto histórico monumental de Ciudad Rodrigo, ha sido talante. Incluso se ha responsabilizado al actual propietario de la conservación del teatro. «Cualquier daño anormal que se ocasione en el edificio», dice el dictamen, «dará pie a una investigación promovida por la propia comisión, al objeto de delimitar responsabilidades».
Un teatro modernista
El Teatro Nuevo se construyó en Ciudad Rodrigo en 1900, por encargo del Casino Mirobrigense El Porvenir, una sociedad fundada para «la construcción y explotación de un teatro, un café, un casino, una fonda y un gimnasio». La dirección de la obra, acariciada por algunos vecinos de la ciudad desde veinticinco años antes, correspondió al comandante de Ingenieros señor Aceituno, autor también de los planos. La construcción del teatro se llevó a cabo en sólo tres meses, y en el mes de junio se inauguraba con unos juegos florales que clausuraban una exposición regional de Bellas Artes, Industria y Agricultura.La sociedad que le dio vida continuó al frente del teatro durante diez años, los establecidos en sus estatutos. A partir de entonces pasó a manos privadas, aunque conservando gran actividad e incidencia cultural en Ciudad Rodrigo y su comarca. A partir de los años sesenta empezó a decaer su funcionalidad, pese a ser el único teatro con aforo importante - 1.300 localidades- de una amplía zona regional.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.