Hiroshima, a los 35 años del primer holocausto nuclear
Hoy, a las 8.15 de la mañana, los 870.000 habitantes de la ciudad de Hiroshima cesarán todas sus actividades para guardar un minuto de silencio.De esta forma conmemoran el instante fatídico que desde hace 35 años asocia el nombre de su ciudad al recuerdo del primer holocausto nuclear.
Aquella mañana del verano de 1945, después de tres años y medio de guerra un avión norteamericano B-29, llamado Enola Gay, dejó «la bomba». Esta, denominada Little Boy (muchacho), alcanzó Hiroshima tras una caída de 43 segundos. Una luminosidad púrpura cegó a los habitantes. Una bola de fuego se formó en el centro, lanzando olas de calor a su alrededor. Después surgieron ondas de choque equivalentes a la explosión de 20.000 toneladas de TNT y, finalmente el «hongo atómico» se elevó por encima de la ciudad destrozada.
Nunca pudo establecerse un balance definitivo del desastre. El Ayuntamiento de Hiroshima comunicó a las Naciones Unidas (ONU) una cifra aproximada de 140.000 muertos, entre los alcanzados por el impacto y los que fallecieron a finales de 1945 como consecuencia de la explosión. Después de 1952, los muertos ocasionados por «la bomba», de una u otra forma, ascendieron a 97.500, aproximadamente. Los enfermos ocasionados por la explosión son todavía 372.000, y al año fallecen unos 2.000 de entre ellos.
Hiroshima, como el resto de Japón, supo renacer de sus cenizas. Tan sólo el «testimonio atómico», el esqueleto de lo que fue palacio de exposiciones industriales, ha permanecido para testimoniar, junto con el Museo de la Paz, aquellos instantes de apocalipsis.
Entre las colinas del Norte, el mar interior y las islas con sus pequeños bancos de sardinas al Sur, Hiroshima se convirtió en una ciudad más moderna y próspera que otras, surcada de orillas y canales, por lo que a veces se la denomina «la Venecia de Asia».
Se trata de una ciudad en continua reconstrucción, expansión y modernización. Es la sede de importantes empresas mecánicas, en particular los astilleros de Mitsubishi y la compañía de automóviles Toyo Kogyo, ésta, célebre por sus automóviles marca Mazda, se ha convertido en la segunda compañía automovilística del mundo, con una producción de más de un millón de vehículos por año. La compañía se enorgullece de ser la única en fabricar simultáneamente automóviles con motores de pistón, rotativos, diesel y eléctricos.
Rascacielos, largas avenidas, parques y ciudades residenciales testimonian los esfuerzos y el éxito de las autoridades.
Pero la municipalidad continúa llevando a cabo otra misión: llamamientos incesantes sobre los peligros de la era nuclear, a pesar de que continúa la carrera armamentística y la mitad de la población de Hiroshima, nacida tras la catástrofe, tan sólo conoce el acontecimiento por los libros de historia y las fotografías expuestas en el Museo de la Paz.
Hoy, los nombres de más de 2.000 personas, fallecidas el pasado año com o consecuencia de la explosión, serán añadidos a la lista de víctimas, y el alcalde de la ciudad, Takeshi Araki, lanzará un nuevo llamamiento para la paz y 1.500 palomas serán puestas en libertad en el cielo de Hiroshima. Tres días después, el 9, Nagasaki recordará a sus muertos por la explosión de la segunda bomba atómica lanzada contra Japón, que condujo, seis días después, a la capitulación nipona en la guerra.
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