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Recursos limitados

Los recursos energéticos españoles, limitados, son todavía más reducidos si del concepto de recursos se pasa al de reservas, es decir, al de recursos económicamente explotables en unas condiciones dadas.El carbón es el recurso energético no renovable más importante con que cuenta este país. Para el planteamiento del PEN se realizó un inventario general de carbones, cuyo resultado indica que disponemos de aproximadamente ochocientos millones de toneladas de recursos explotables, es decir, reservas de hulla y antracita, y de casi mil millones de toneladas entre lignitos negros y pardos, también explotables.

Los programas de explotación en curso permitirán elevar la cifra de producción hasta casi cuatrocientos millones de toneladas, con lo que se dispondría de esta fuente al ritmo indicado para unos cuarenta años, al margen de lo que los programas de investigación en marcha permitan incrementar estas cifras.

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Las disponibilidades de carbón permiten la puesta en marcha de un plan acelerado de construcción de centrales de carbón, con una inversión prevista de 184.679 millones de pesetas, incIuidos los intereses intercalarios. La puesta en marcha de estas centrales, seis plantas, con una potencia total de 3.050 megavatios, tiene una duración prevista de cuatro años, a partir del actual.

Por lo que se refiere al petróleo, las reservas actualmente evaluadas suponen unos treinta millones de toneladas, cifra sólo ligeramente superior a la mitad del consumo español de petróleo del año 1979.

Un la actualidad se desarrolla un amplio plan de investigación de petróleo que mantiene abiertos diecisiete sondeos. Sin embargo, no es previsible, dadas las condiciones geológicas del país, que se produzca en el futuro un descubrimiento de gran envergadura de oro negro.

En el campo del gas natural, la situación es algo mejor y la evaluación máxima posible de las reservas de los distintos yacimientos encontrados, sobre todo en el golfo de Cádiz y Jaca, equivalen a 67 millones de toneladas de petróleo como cifra probable.

De otra parte, el Ministerio de Industria se siente satisfecho del ritmo de construcción de la red básica de gasoductos, que ya ha llegado a Valencia, que, en septiembre llegará a Zaragoza y que en los primeros meses del año próximo será posible empalmar con el País Vasco. Esta infraestructura facilitará el incremento de los consumos, que serán atendidos, en su día, en parte por nuestra propia producción y, en parte, con los contratos firmados con Argelia y Libia, teniendo en consideración el proyecto Segamo. De esta manera, si inicialmente se habría previsto que el gas aportaría en 1985 el 5,2% de la oferta energética, este porcentaje será, realmente, en ese año, del 7,5%. En relación con los consumos actuales en 1980, ello supone multiplicar por cinco su participación.

Sin embargo, este impulso del gas natural no debe hacer perder de vista un hecho fundamental y es que el gas natural participa de la condición de hidrocarburo, como el petróleo, lo que quiere decir que, aparte de las reservas nacionales, está sometido a las mismas incertidumbres de precio y disponibilidad que el petróleo y que debe ser utilizado, como fuente noble que, es, sólo en los consumos donde no pueda ser sustituido por otras. En este sentido, Industria recuerda el reciente comunicado de la reunión de Argel.

En virtud de ello, todo parece conducir a la idea de que el mercado que se abra para el gas natural ha de ser un mercado selectivo, que aprecie la mejor calidad de este combustible respecto al fuel y, consecuentemente, su mayor precio.

En contra de lo que se ha afirmado en ocasiones, al margen de consideraciones respecto a temas fiscales, tasa de valor añadido, etcétera, el comisario de la Energía asegura que el precio vigente en España para el fuel no se separa mucho del precio del mercado europeo. «En estas condiciones ya es difícil hoy la competencia del gas natural-fuel, y seguramente esta tendencia se acentuará en el futuro. Solamente la necesidad de consumir las cantidades contratadas con Libia y Argelia, y la conveniencia de disponer de volantes de regulación del consumo, sobre todo en las etapas previas del proceso de gasificación, recomiendan mantener alguna utilización de gas en los mercados menos nobles, denominados de "usos de vapor"».

«El esfuerzo ha de ponerse, pues, en abrir los mercados específicos y consumos domésticos, donde la competencia es con el butano, propano, energía eléctrica o gasóleo, o en usos petroquímicos, en competencia con la nafta, o en aplicaciones industriales, donde, por condiciones del proceso de producción, la competencia se establece con un fuel exento de azufre, más caro, o ,con el gasóleo e incluso con el propano, como es el caso de la industria cerámica de calidad».

«Entre tanto estos usos se desarrollan, será preciso y hasta necesario consumir gas en "usos de vapor", pero quizá mejor que crear un complejo sistema de subvenciones a miles de usuarios sea más acertado consumirlo en pocas y grandes industrias de más fácil control que además tienen sus instalaciones preparadas para los dos combustibles».

En cuanto al uranio, España cuenta con importantes recursos de esta fuente de energía, ma eria prima de las centrales nucleares. A los precios actuales de la libra de óxido de uranio, nuestras reservas se cifran en unas 20.000 toneladas, principalmente situadas en la provincia de Salamanca, que permitirán una cobertura de las necesidades nacionales de combustible del orden del 60%.

El panorama nuclear, sin embargo, no parece acorde con las perspectivas de materia prima para este tipo de energía. Las tres centrales nucleares actualmente en servicio -Zorita, Garoña (cerrada en la actualidad por una avería que espera ser subsanada en octubre próximo) y Vandellós- han visto reducida en el primer semestre de este año la producción en un 18% con respecto a la del pasado año.

Por otra parte, aún se encuentran en construcción las centrales de Almaraz, Lemóniz, Ascó y Cofrentes, que debían haber entrado en servicio, como tope, en 1979.

Sobre las autorizaciones de nuevas, centrales, que Industria asegura se producirán en, este año, aún no se sabe nada.

Por lo que se refiere a la energía hidráulica, España tiene instalados 13.000 megavatios de potencia, que se espera incrementar en 4.000 más a lo largo de la ejecución del PEN.

En el terreno de las nuevas energías, Industria trabaja en la evaluación de las posibilidades reales de las mismas, que dependen, en, algunos casos, como es el de la eriergía solar, de las condiciones económicas de su explotación, que en algunos supuestos es ya rentable, como, por ejemplo, para calentar agua en la indusitria y en el sector doméstico a baja temperatura.

En cuanto a la energía eólica y a la derivada de la utilización de la biomasa, se dispone ya de un inventario completo de potenciales, que permitirá disponer -asegura Industria- en el año 1990 de 2, millones de toneladas; de carbón procedentes de estas energías.

En la evaluación global que Industria hace de las reservas españolas asegura que puede alcanzarse un nivel de autoabastecimiento en 1985 del orden del 45%.

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