Ricardo de la Cierva puntualiza de nuevo
Agradezco mucho a ese diario la ocasión que me da -con tanta frecuencia- de mantener mi modesta forma periodística al responder a diversas alusiones.Quisiera hacerlo hoy, telegráficamente, a las cuatro que veo en el número de 29 de junio.
1. Ignoro a qué se refiere el señor Souto cuando me acusa de intromisión en la Asociación Adelpha, que, según él, pretendo convertir en una dependencia ministerial a través de significados agentes. Encargo a mi negociado de novelas policiacas una amplia investigación sobre el caso.
2. Tomo muy buena nota de la petición del señor Souto, que, según veo en el mismo número, solicita mi dimisión. Preguntados el presidente, vicepresidente y secretario general de Adelpha, niegan que esa petición haya salido de dicha sociedad y se la atribuyen a dicho señor, que nos tranquiliza a todos comunicándonos su retorno después de dejar sin efecto su propia dimisión. Lamento desengañar al señor Souto, pero yo solamente dimito ante quien me nombra, y no tengo la menor intención de hacerló.
3. Puedo asegurar que no tengo la menor idea de mi-presunta mediación en favor de una empresa de chocolate para autorizar el rodaje de uns spot publicitario en las ruinas de Medina Azahara. Ni tengo la menor noticia del caso ni he ejerpi do en él la menor intervención. Aun así, agradezco la alusión y me congratulo de que cuando no existen noticias sobre mí se inventen, de acuerdo con un famoso dicho político que oí en más de una ocasión al anterior ministro de mi familia: «Que hablen de mí aunque sea bien».
Por si acaso, acabo de ordenar a la Delegación Provincial del Ministerio de Córdoba que si existe tal permiso de rodaje lo cancele inmediatamente.
4. Por último, agradezco el elogio del señor Rueda en su carta al director del 29 de julio sobre nuestra iniciativa de convocar 92 becas de creación literaria.
Pienso, contra la opinión del distinguido comunicante, que la traducción posee elementos creadores. Naturalmente que el teatro es una actividad creadora, de la cual además han surgido otras muchas en la historia de la cultura. Lo que sucede es que estas ayudas se convocan por la Dirección General del Libro, mientras que la ayuda al teatro depende de otra dirección general del mismo ministerio, que la convoca por otros cauces.
Creo que el autor de la carta incurre al menos en ligereza, cuando afirma gratuitamente que el teatro no es santo de mi devoción y cuando se atreve a escribir tranquilamente que yo puedo no creer que el teatro forme parte de la cultura./ ministro de Cultura.
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