Senado dio vía libre a la ley básica de Empleo
El Pleno del Senado dio ayer vía libre a la ley básica de Empleo, que, sin embargo, deberá volver al Congreso, ya que finalmente se introdujeron en el texto aprobado por la Cámara baja algunas modificaciones. La propuesta socialista de vetar esta ley, utilizando- a facultad que la Constitución confiere a la Cámara alta, fue rechazada por 67 votos a favor, 93 en contra y una abstención. Asimismo, fueron rechazadas por votaciones similares sendas enmiendas a la totalidad, defendidas por los socialistas andaluces y el grupo Catalunya, Democracia y Socialisme.
La mayor parte de la sesión se consumió en un extenso debate, en el que la oposición atacó con dureza los cambios introducidos por UCD en la inicial proposición de ley socialista. El ministro de Trabajo, Salvador Sánchez Terán, calificó, por su parte, la ley de progrésiva y adaptada a las posibilidades del país. Frente a las acusaciones de la izquierda contra la política gubernamental de desempleo -basada, sobre todo, en la insuficiencia de las prestaciones y en la exclusión de colectivos, como los desempleados agrícolas-, él ministro de Trabajo aseguró que la política de empleo gubernamental, a pesar de las demagogias, está produciendo ya resulta dos positivos. Sánchez Terán basó la política de empleo del Gobierno en el fomento de la inversión pública y privada, los programas específicos de empleo, la salvación de puestos dé trabajo y la lucha contra el fraude. En relación con este último punto aseguró que más del 20% de las prestaciones por desempleo se perciben fraudulentamente. En cuanto a los resultados de este plan, declaró que en los dos último s meses se ha reducido, y que en la actualidad la cifra de parados no llega a 1.300.000.Criticó la alternativa socialista por aplicar tratamientos iguales, a situaciones diferentes y, sobre todo, porque importaría 200.000 millones de pesetas más que la proposición de ley en su redacción actual, importe que habría de restarse a la inversión. El discurso del ministro fue aplaudido desde los escaños centristas, si bien algún senador, como el secretario general de coordinación legislativa, Manuel Villar Arregui, no participó en el aplauso.
Rechazado el veto
Al comienzo de la sesión no faltaron alusiones a la actual coyuntura política. El portavoz socialista, Juan José Laborda, manifestó que no debía confundirse estabilidad gubernamental, con estabilidad Constitucional. Manifestó que el Gobiemo quiere estabilizarse el próximo octubre a través del acuerdo con las fuerzas políticas más tibias en la aceptación de la Constitución y en el cumplimiento, en sus respectivos territorios, de la misma. Desde la perspectiva socialista, expresó su rechazo a una estabilidad carente de programa en el Gobierno y declaró al PSOE incompatible con Adolfo Suárez.
El motivo de la intervención del senador Laborda fue la defensa de una propuesta socialista basada en el artículo 90 de la Constitución, según la cual la Cámara alta puede, «mediante mensaje motivado, oponer su veto» a un proyecto de ley remitido por el Congreso.
El centrista Ricardo Rodríguez invitó a los socialistas a que encauzaran sus diferencias con la ley a debate a través de las enmiendas, aunque reconoció que la oposición cumplía su función al plantear el velo. En justificación de UCD dijo que este partido prefiere poner el acento en el deseo de acabar con el desempleo más que en atender de una forma excesivamente generosa a los desempleados.Tras otras intervenciones de los portavoces de otros grupos, se sometió a votación la propuesta de veto -que requería para su aprobación, la mayoría absoluta de la Cámara, es decir, 107 votos-, que fue rechazada con el resultado ya dicho.
Duros ataques de la izquierda
El debate de las enmiendas a la totalidad registró una cadena coordinada de acusaciones contra el Gobierno y UCD porparte de los senadores de la izquierda, que finalmente hicieron al ministro de Trabajo intervenir, El socialista José Rodríguez de la Borbolla aludió a los crecientes problemas que el paro plantea en las provincias andaluzas y negó que fuera imposible económicamente extender las prestaciones por desempleo a los trabajadores agrarios.El también socialista Juan Francisco Delgado Ruiz dijo que la ley puede llevar al caos y a elevar en 1981 la cifra de parados a dos millones. Frente a las acusaciones de fraude que el Gobierno hace a los parados, criticó que ése mismo Gobierno no sea capaz de atajar la lacra del pluriempleo. El centrista Manuel Sevilla contestó.
Yor el grupo Catalunya, Democracia i Socialisme, Juan Codina se opuso a una ley que regula la injusticia y la insolidaridad con los trabajadores y que, según dijo, honrará a quienes la aprueben. El senador del mismo grupo Josep Andreu i Abelló señaló irónicamente que cada Consejo de Ministros da ejemplo de empleo, nombrando. a nuevos altos cargos, mientras que esta ley no despertará ninguna ilusión en los trabajadores.
El socialista Antonio García Duarte calificó la ley de engendro, aseguró que generará mayor desempleo y criticó al grupo centrista, que, «por orden de la superioridad, no iba a tocar ni una coma de la ley», pero al ver que era tan mala, decidió finalmente corregir algunos extremos.
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