El aumento de rodajes indica una lenta recuperación de la producción cinematográfica española

En los últimos festivales internacionales de cine la presencia española ha sido muy bien acogida y, en bastantes casos, galardonada con los primeros premios. Directores que ya han presentado sus primeras películas en concursos y muestras nacionales e internacionales prueban suerte de nuevo, y este es el caso de Emilio Martínez Lázaro, Miguel Angel Rivas, Jaime Chávarri, José Luis García Sánchez, Pilar Miró y Roberto Bodegas.Emilio Mattínez Lázaro, que obtuvo el Oso de Oro del Festival de Berlín 1978 con Las palabras de Max, ha terminado Sus años dorados, película en la que tienen lugar dos historias urbanas paralelas: un ex militante de: izquierdas (José Pedro Carrión) y una chica joven (Patricia Adriani), ambos sin empleo, que tratan de salir del hastío y la desesperanza.

Miguel Angel Rivas, que ha presentado sus Memorias de Leticia Valle al Festival de Carlovy Bary, estrenará próximamente Otra vez adiós, retrato de un alto ejecutivo, con una hija de veinte años, que debe afrontar una confabulación montada por su mujer y su amante al enterarse ambas de que tiene un nuevo amor. Intervienen, entre otros, Irene Gutiérrez Caba, Héctor Alterio, Charo Soriano y Ana Obregón.

Jaime Chávarri (Los viajes escolares y El desencanto) estrenarán en breve Dedicatoria, única película española seleccionada para concurso en el último Festival de Canrkes. Es la historia de un reportero que se descubre a sí mismo a través de dos amores, uno que empieza (Amparo Muñoz) y otro que acaba (Patricia Adriani).

José Luis García Sánchez (Las truchas, premiada en el Festival ae Berlín) empezará en otoño una película esperpéntica, La carga de los mamelucos, y ha terminado la primera parte de una película documental, Dolores, sobre la vida de Dolores Ibárruri, Pasionaria. Dos años de revisión de hemerotecas y filmotecas (de Moscú, Berlín y País Vasco) y, de entrevistas a la protagonista les ha costado el rodaje a José Luis y a Andrés Linares (realizador de la segunda parte).

Pilar Miró (La petición y el polémico filme, aún sin estrenar aquí, El crimen de Cuenca) rueda en estos momentos Gary Cooper que estás en los cielos. Película con ribetes autobiográficos (una joven realizadora de televisión, ante una operación grave que debe sufrir, se replantea su vida), en cuya producción interviene Pilar Miró al 50%, y en la que interpretan los principales papeles John Finch, Isabel Mestres y Mercedes Sampietro.

Roberto Bodegas (Españolas en París, premio en el Festival de Moscú), que acaba de terminar su participación en La mirada de Picasso, de Frederic Rossif, empezará en otoño el rodaje de La diana, con Ana Belén como protagonista. Y también tienen nueva película en proyecto para la próxima temporada Josefina Molina, sobre el libro de Rosa Montero Crónica del desamor, Luis José Comerón, La larga noche de julio fue su primera película, y Rafael Moreno Alba.

Por su parte, Femando Colomo, al parecer conocedor de la fórmula del éxito (diversos cortos y los largos Tigres de papel y ¿Qué hace una chica como tú...?) ha realizado La mano negra., a modo de película policiaca, pero con personales de la vida misma. Intervienen en ella Joaquín Hinojosa, Iñigo Burrea, Virginia Mataix y Mary Carrillo.

Más rodajes

Directores ya consagrados también se suman a la actividad de nuevos y novisimos. Carlos Saura, quien, con Deprisa, deprisa (su película número catorce) quiere retomar un estilo de cine iniciado en 1959 con su primer filme, Los golfos. Eloy de la Iglesia, que prepara nuevo guión para septiembre, cuya película Navajeros guarda similitud temática con la de Saura: la delincuencia juvenil. Igualmente, su película es coproducción y los actores son los propios individuos retratados. Y Manuel Gutiérrez (Camada negra. Sonámbulos, El corazón en el bosque) emprenderá el rodaje de Maravillas, en la que abordará, con humor, temas urbanos, de chicos desarraigados, que serán interpretados por los jovencísimos Cristina Marcos, Miguel Molina y José Luis Femández.Asimismo, Jaime de Armiñán estrenará El nido, producida por un grupo de personas de Salamanca, ajenas hasta ahora al mundo del cine, y seleccionada para representar a España en el Festival Internacional de Montreal (Canadá). Todos estos proyectos y realidades tienen varios elementos comunes, tales como el tratamiento de temas urbanos, cotidianos, con sentido del humor más que con amargura; la intervención de actores muy jóvenes y de directores también jóvenes en su mayoría y la «recuperación» de actores que tradicionalmente han ocupado papeles secundarios en el cine español.

«Estas películas aportan esperanzas a nuestro preocupante panorama cine matográ fico », afirma el directór general de Cinematografía, Carlos Gortari, quien espera que «con la serie de medidas que el Ministerio de Cultura tomará en los próximos meses puede allanarse el camino para un cine de expresión nacional».

Dentro del nuevo marco legal para la cinematografía española se proyecta, en primer lugar, una apertura del sistema de coproducciones, con especial atención al mercado hispanoamericano. Y, en segundo lugar, una europeización de las ayudas oficiales. Esto es, propiciar los créditos a proyecto (como en Francia y en Alemania Federal) y la cooperación entre el cine y la televisión a fin de que los nuevos realizadores encuentren más facilidades para su trabajo.

Las nacionalidades

Cabe destacar en el panorama cinematográfico del Estado español la presencia, cada vez más patente, del cine de las nacionalidades y regiones. Tanto es así, que en los últimos festivales (San Sebastián, La Coruña, Benalmádena) se ha incluido como un apartado más.El problema de la dotación económica escasa sigue siendo el mismo entre los que hacen cine de Catalúña, Valencia, Andalucía o País Vasco; zonas de donde provienen las mayores muestras. Y también dificulta las iniciativas la ausencia de una infraestructura y de un equipo de técnicos con formación suficiente.

Hasta ahora, el campo de expresión más generalizado del cine de las nacionalidades ha sido el cortometraje con carácter documental. Su temática es geográfica y socialmente localizable, y está muy píesente en todas las realizaciones el sentimiento ecológico; especialmente en las zonas con amenaza nuclear.