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La validez de los métodos anticonceptivos naturales depende de la unidad de la pareja

«Desde 1975 la Organización Mundial de la Salud está potenciando el estudio de todas las posibilidades naturales de anticoncepción, e intentando conseguir lo que en definitiva es esencial en este tema: el momento en que se produce la ovulación. Se intenta encontrar un método sencillo para que la propia mujer sea capaz de detectar los cambios hormonales que se producen en su cuerpo». De todas las investigaciones realizadas hasta el momento, la que a juicio del doctor Cortés parece tener mayores posibilidades sería el perfeccionamiento de la detección de ciertos metabolitos (sustancias degradadas de las hormonas naturales), que se eliminan por la orina.«Paradójicamente», señala el doctor Cortés, «se le ha prestado muy poco interés a este procedimiento que por supuesto no está perfeccionado, pero yo creo que en pocos años se podrá precisar con exactitud el momento de la ovulación».

Frente a las críticas tradicionales -y a juzgar por las estadísticas bastante lógicas- que, se han hecho a métodos como el Ogino, que aparece en 1932, y «cuyos resultados fueron insuficientes en cuanto a la pretensión de no embarazos» -puntualiza el doctor Cortés- o el método de las temperaturas basales, que convierten el acto sexual en una técnica de laboratorio, el doctor Cortés hace hincapié, precisamente, en la falta de un conocimiento honesto y objetivo por parte de las parejas de todas las Posibilidades anticonceptivas, cuya responsabilidad recaería en primer lugar en la clase médica. «Creo precisamente que la importancia de los métodos naturales reside en que en primer lugar es un hecho que son los que se utilizan más masivamente, frente al uso de píldoras o dispositivos intrauterinos, y luego considero que la pareja tiene unos derechos a respetar y hay muchos casos de mujeres que son católicas y rechazan la píldora, y muchas otras que sencillamente tienen ya una especie de paranoia y no la resisten más. Entonces, es necesario que la gente tenga un conocimiento amplio y objetivo de los métodos naturales que puede utilizar».

Métodos naturales: del 1 al 10% de riesgo

Según las estadísticas que el doctor Cortés maneja, el porcentaje de riesgo de los métodos anticonceptivos naturales de más reciente implantación, no superarían el 10%. «Y ello porque es necesario que la pareja esté motivada y haya una verdadera unión entre ambos. Cuando esta situación se da el riesgo de embarazo es de un caso por cada cien mujeres en un año, mientras que por ejemplo el dispositivo intrauterino registra unos tres casos de embarazo por cada cien, mujeres en un año».Este nivel de seguridad se alcanzaría con métodos tales como el ideado por el matrimonio Billings, que consiste en enseñar a la mujer a reconocer el aumento de la secreción cervical (no vaginal), o el método Sintotérmico, que se basa tanto en el Billing como en el método de las temperaturas basales, además de incluir el reconocimiento de otros síntomas que se producen en el período periovulatorio. «Todo esto», insiste una vez más el doctor Cortés, «está basado en un mejor conocimiento de la fisiología de la mujer y el haber identificado ciertas modificaciones hormonales con algunas señales que la propia mujer una vez informada puede reconocer en sí misma».

Sistemas de aprendizaje y divulgación no especializada

El sistema de aprendizaje de estos métodos naturales que a primera vista dan una impresión de complejidad técnica considerable, se realiza no sólo a través de la clase médica, sino a través de grupos de personas motivadas que están dispuestas a enseñar a las parejas a manejarlos con un período de control que puede durar unos tres meses, a partir de los cuales se considera que el método ha podido ser asimilado.La falta de información científica y rigurosa sobre todo el abanico de posibilidades que ofrece, precisamente la detección del momento de la ovulación en la mujer, de cara no sólo a la anticoncepción, sino a un embarazo más seguro, es, en opinión del doctor Cortés, la causa de todos los fallos que acusan las estadísticas. «Aparte de la falta de rigor con que muchas veces la pareja practica estos métodos. Pero el problema es que todo lo referente a anticoncepción ha merecido muy poca atención y escasa información por parte de la clase médica. Este defeneto de informacíón que padece la gente ha llevado a atribuirle determinadas desventajas a un método concreto, e incluso a generalizar problemas que no dependen del método en sí. Es un hecho que no hemos descubierto el método perfecto, pero podemos funcionar ateniéndonos a un doble criterio médico, el de riesgo y beneficio.

Por otra parte, hay que individualizar el tema. Es necesario estudiar a cada persona por separado para valorarla de cara al método que se pretende utilizar». Esto requiere, naturalmente, un estudio médico preventivo exige además unos controles posteriores mientras el método se está utilizando. En lo que respecta a las investigaciones sobre métodos anticonceptivos masculinos, Joaquín Cortés no atribuye para nada a factores machistas la falta de una alternativa fiable a parte deprocedimientos tan definitivos como la vasectomía. «Lo ideal sería que la píldora pudiera tomarla seis meses la mujer y otros seis meses el hombre, pero esto es imposible. Si hasta ahora se han aplicado más métodos en las mujeres, ello se debe a que han dado mejores resultados, pero la decisión de utilizarlos, tanto como la de tener un hijo, es algo que depende de la pareja».

El Congreso de 1977, por la planificación familiar

La Sociedad Española de Fertilidad se ocupó del tema de los métodos anticonceptivos naturales en su congreso de 1977 celebrado en Barcelona, precisamente porque estos métodos presentan esta doble vertiente de posibilitar la ausencia de embarazos y propiciarlos al mismo tiempo, «cosa que constituye», señala el doctor Cortés, «la verdadera planificación familiar. Tener los hijos en el momento más conveniente para la pareja».

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