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Aprobados los programas para presupuesto en base cero

El Gobierno ha aprobado recientemente los distintos programas ministeriales (el 25% de cada departamento) que van a ser sometidos a la técnica del presupuesto en base cero. Este sistema, que fue aplicado por primera vez en Georgia, cuando el presidente Carter era gobernador de aquel Estado, se ha mostrado como el más eficaz para una evaluación seria y profunda de las actividades de la Administración y, en consecuencia, para limitar el crecimiento del gasto público y reducir el gasto público corriente.Los estudios de los distintos programas, sin embargo, van con algún retraso y no van a ser incluidos en los Presupuestos Generales del Estado de 1981. Las oficinas presupuestarias de los distintos ministerios, necesarias para llevar adelante este sistema, han entrado ya en funcionamiento y, previsiblemente, en los Presupuestos de 1982 y en los de los años siguientes habrá un 25% de los programas de cada departamento presupuestados en base cero.

El sistema en base cero significa, fundamentalmente, que de cara a un nuevo presupuesto, los distintos ministerios justifiquen en los programas elegidos las realizaciones que han llevado a cabo con la cantidad que se les asignó en el anterior y que los objetivos propuestos siguen siendo válidos y están siendo gestionados con eficacia.

Esta técnica, que fue calificada de «terriblemente ambiciosa» por un responsable de Hacienda, pensando en una administración tradicional como la nuestra, está siendo introducida gradualmente y con algunas correcciones en el caso español, dada la falta de personal impuesto en este sistema y el lógico caos que podría significar una introducción global y puntual de estas técnicas. Se ha recurrido por ello a que sean los propios ministerios los que seleccionen sus programas y los presenten a Hacienda para compulsarlos conjuntamente y hacer una selección definitiva, como la aprobada recientemente por el Gobierno. El diálogo de Hacienda con algunos ministerios y referente a algunos programas concretos no ha sido fácil. Ahora se trata de justifícar cómo se ha gastado la asignación de recursos y cómo se han cumplimentado los objetivos, estudiar una posible mejora en la reasignación de recursos, establecer prioridades y determinar los paquetes de decisión. Ver las distintas alternativas cuantificando los objetivos de cara a su coste y ventajas, previamente a su selección.

El presupuesto en base cero tiene cinco fases: 1, identificación de programas y objetivos; 2, determinación de costos de los programas; 3, análisis de la eficiencia por unidad administrativa de cada programa (out-put); 4, análisis de la eficacia (por ejemplo, niños escolarizados en el caso de construcción de escuelas), y 5, lista de conclusiones. En el caso español va a corresponder a los propios ministerios autoevaluarse, por otra parte, cada departamento va a contar con una visión más global con respecto a sus programas y va a introducir a todos los niveles un factor de racionalidad, de cara a la elaboración de los presupuestos.

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