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Helmut Schmidt asegura en Moscú que la instalación de misiles en Europa será negociada

El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, aseguró ayer en una conferencia de prensa, al final de su visita de dos días a Moscú, que «se negociará» el problema de los euromisiles, aunque no concretó si esta negociación se abrirá en breve. Según Schmidt, «durante estos dos días se ha afirmado sustancialmente» una impresión en favor de esta posibilidad, que fue ganando cuerpo, según el canciller, desde el pasado abril, concretamente desde la cumbre de Viena, en la que se reunieron los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, Andrei Gromiko, y de Estados Unidos, Edmund Muskie, por primera vez desde que comenzó la crisis en Afganistán.

En cuanto al problema de este país islámico, Schmidt dijo que ambas partes, la RFA y la Unión Soviética, han repetido sus mutuas posiciones diferentes frente al conflicto. Sin embargo, Schmidt aseguró que se ha tratado de una solución política cuyos detalles no creía correcto manifestar ahora. El ministro Genscher informará previamente a Washington y París, hoy mismo y en persona, y al Consejo de la OTAN.La situación global en el contexto mundial se ha distendido considerablemente, en opinión del canciller, que suavizó una opinión «catastrofista» que se le aplicó hace mes y medio -«la situación actual recuerda la que precedió a la guerra mundial"-, recordando que tal juicio procedía de un profesor norteamericano, «al que yo le concedí que no le faltaba razón». Por lo demás, ambas partes, soviética y alemana, están de acuerdo en la necesidad de continuar los contactos el jueves. Ante el Bundestag (Parlamento), el canciller podrá añadir nuevos detalles a sus declaraciones de ayer.

Por su parte, el canciller Schmidt subrayó ayer, en dos entrevistas para el primer y segundo programas de la televisión federal, que «nuestras previsiones se han visto correspondidas con la realidad». El canciller aspiraba, antes de emprender su viaje a Moscú, a que este primer intercambio directo de impresiones de un jefe de Gobierno occidental con el jefe del Estado soviético, Leónidas Breznev, tras el comienzo de la crisis afgana, significase un acopio de informaciones sobre ¡os problemas del momento y una reiteración de la postura conjunta de los aliados de la OTAN y de la Comunidad Europea.

El canciller, que conversó durante dos horas con el ministro Soviético de Defensa, Ustinov, y que prefirió no concretar sus Impresiones hasta comunicárselas a los Gobiernos aliados, dice que este acopio de información ha sido muy amplio. Respecto de la crisis de Afganistán, un tema básico en las seis horas de diálogo entre Breznev y él, Schmidt está convencido de que «el diálogo sobre este punto tendrá consecuencias».

Lenguaje directo

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El lenguaje manejado en esta cumbre germano-soviética ha sido directo por ambas partes, según testimonio alemán. Al menos, los discursos oficiales sí que lo han sido. En qué medida la claridad expositiva de Helmut Schmidt, al referirse al tema de Afganistán, haya estado perfectamente calculada, al amparo del «programa de cooperación económica a largo plazo», concluido ayer entre las dos delegaciones, no puede deducirse por ahora. El propio canciller subrayó ayer que tanto Breznev, como él abordaron los temas de diálogo en un lenguaje directo, «sin vaguedades diplomáticas», y que durante la primera conversación, en la que Breznev habló una hora y diez minutos y Schmidt hora y media, se interrumpieron varias veces con preguintas complementarias.

Con todo, el largo intercambio de impresiones ha sido, según el canciller, «no sólo objetivo, sino también agradable». Schmidt está convencido además de que alemanes y soviéticos «reflexionarán detenidamente durante los próximos días» sobre lo hablado en Moscú el lunes y el martes. El jefe del Gobierno alemán occidental presentará mañana, jueves, en el Parlamento una nueva declaración de gobierno sobre su viaje a Moscú.

La «firmeza» que ha caracterizado, según el portavoz oficial, la larga exposición de la postura alemana frente a los conflictos actuales le cubre a Schmidt las espaldas ante una oposición parlamentaria, que durante las últimas semanas le ha atribuido una postura pactista. Schmidt ha recalcado que la pertenencia de la RFA, a la Alianza Atlántica y a las comunidades europeas es un carácter básico de la personalidad política de Bonn. Por otra parte, los aliados occidentales tampoco parece que puedan recriminar nada la iniciativa alemana de acudir a Moscú en estas circunstancias.

Schmidt ha reiterado que ha hablado con los dirigentes soviéticos «en nombre propio, de la RFA y con la aquiescencia de la Alianza occidental», lo que necesariamente no significa que haya acudido a Moscú por delegación de la OTAN o de la CEE. Con todo, la posición representada por la RFA en el Kremlin «ha sido concretada cuidadosamente con los aliados occidentales a lo largo de un período de semanas».

Aunque Schmidt evitó considerar las relaciones bilaterales germano-soviéticas tema de cabecera, concretándose en sus declaraciones públicas en los problemas internacionales, el acuerdo-marco suscrito ayer entre las dos delegaciones tiene gran importancia para ambos países y quizá para la Comunidad, Económica Europea en bloque.

Por lo pronto prevé que ambos países puedan invitar a otros a tomar parte en empresas mixtas. Queda también abierta la posibilidad de cooperación germano-soviética en el sector de la energía nuclear.

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