850 profesionales afirman haber colaborado en la edición de "El libro rojo del cole"
Mañana se ve en la Audiencia Nacional el recurso de apelación del editor de la obra
Ochocientos cincuenta intelectuales, artistas y profesionales diversos de toda España afirman en un escrito que ellos han colaborado en la edición de El libro rojo del cole. Esta acción, que recuerda a otras campañas parecidas en las que grupos de personas aseguraban haber cometido actos que aún están tipificados como delitos comunes, tiende a apoyar al editor Luis Martínez Ros, procesado por haber publicado el mencionado libro y cuyo recurso de apelación se verá mañana, lunes, en la Audiencia Nacional.
La firma colectiva del documento de apoyo al señor Martínez Ros se da a conocer días después de que saliera a la luz una nueva edición del libro origen de esta situación, que para muchos es un ejemplo más de las dificultades por las que en España atraviesa el ejercicio ele la libertad de expresión.La reedición de El libro rojo del cole fue realizada conjuntamente por veintiséis editoriales, que lo presentaron en la Feria del Libro de Madrid. La nueva publicación fue considerada en medios oficiales como «una provocación», por lo que un amplio despliegue de la Policía Nacional trató de impedir que el volumen se vendiera en la mencionada feria.
Al tiempo se instruyó un sumario contra los veintiséis editores que llevaron adelante aquella iniciativa. La continuación de este sumario depende de lo que resuelva mañana la Audiencia Nacional en el caso del recurso de apelación de Luis Martínez Ros.
Al apoyo que recibe el señor Martínez Ros por parte de intelectuales y profesionales se ha unido una nueva declaración, realizada a la agencia Efe, del grupo de veintiséis editoriales. Publicaron otra vez el Iibro incriminado, dicen, porque estiman que la circulación de cualquier publicación, aun sin necesidad de compartir su contenido, debe ser libre. Como se recuerda, las editoriales que tomaron esta iniciativa, apoyada por la Comisión para la Libertad de Expresión, son estas: Lumen, Trazos, Fundamentos, Anagrama, Zyx, Banda de Moeblus, Revolución, Queimada, 2001, La Piqueta, learia, Emillano Escolar, Fontamara, Fernando Torres, Xertoa, Ricardo Aguilera, Libertarla, Miraguano, Matesanz, Euskal Bidea, Tusquets, Nuevo Sendero, Talleres de Sociología, Gran Espectáculo, De la Torre y Peralta.
«Yo he colaborado en la edición de El libro rojo del cole y asumo, con todas las personas que en él han participado, las responsabilidades que de su publicación puedan derivarse», dice el texto que firman los 850 intelectuales, artistas y profesionales que, de este modo, se solidarizan con el señor Martínez Ros.
Entre los firmantes que ocupan los 72 folios de que consta el documento señalaremos algunos: Lola Gaos, Hermógenes Sainz, Alberto Moneada, Carlos Muñiz, Alberto Corazón, El Cubri, Juan Antonio Bardem, Jorge Grau, Fernando Sánchez Dragó, Eduardo Haro Tecglen, María Paz Ballesteros, Carlos París, Enrique del Moral, Pedro Altares, Andrés Sorel, Jaume Carbonell, Antoni Ferres, Julio Rodríguez Puértolas, Joaquín Estefanía, Héctor Maravall, Juan Sastre y Jaime Pastor.
El libro rojo del cole se editó por primera vez, hace doce años, en Dinamarca. Contiene recomendaciones a los escolares sobre los más diversos temas. Ha sido publicado en la mayor parte de los países europeos. En España es donde ha tenido una mayor repercusión. Entre nosotros fue editado y pasó inadvertido, hasta que unos meses después de estar en las librerías fue denunciada su presencia en centros escolares madrileños. El Ministerio de Cultura inició una campaña contra el volumen y se procedió al secuestro administrativo de los ejemplares que quedaban de la edición que se había realizado y al proceso judicial de Luis Martínez Ros. La campana contra la publicación de El libro rojo del cole coincidió en el tiempo con la discusión en el Parlamento del Estatuto de Centros Docentes que había presentado UCD.
El periodista catalán se siente especialmente decepcionado por la reacción de sus compañeros de profesión. «Sólo cuando aparezca asesinado en cualquier esquina se darán cuenta de que se trata de un auténtico y dramático caso de defensa de la libertad de información».
Babelia
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