Buen tiempo y normalidad en la 39ª Feria Nacional del Libro

El buen tiempo acompaña -excepcionalmente y rompiendo la tradición- a la 39ª Feria Nacional del Libro, que transcurre en una relativa normalidad, con gran afluencia de público, sobre todo al atardecer, ya que por las mañanas, con un calor muy intenso en el paseo de Coches del Retiro, los compradores son escasos. No ha habido grandes novedades; los autores acuden a firmar ejemplares de sus obras por las tardes, y se suceden las actividades culturales en el Palacio de Cristal. Por el momento no se han tomado, medidas judiciales contra los veintiséis coeditores de El libro rojo del cole, y en muchas de las casetas se admiten donativos para pagar la fianza de dos de los cuatro detenidos el pasado fin de semana, todos ellos en libertad.

Al parecer, según fuentes jurídicas asesoras de los editores citados, el juzgado espera la resolución del primer proceso contra El libro rojo del cole y la Editorial Nueva Cultura, que lo público en la primera edición secuestrada. De la segunda, que amparada por veintiséis editoriales se tiraron unos 3.000 ejemplares, la policía sólo ha podido encontrar unos cuarenta. Se piensa que la sentencia de la Audiencia Nacional está próxima, y que si fuese condenatoria, entonces, el juez de instrucción que ordenó este nuevo secuestro procedería contra los veintiséis editores de la nueva edición.Rodeada de cierta expectación, entre los medios literarios se espera la aparición de la nueva novela de Juan Benet, Saúl ante Samúel, que, editada por La Gaya Ciencia, es muy posible que se ponga a la venta hoy mismo, o tal vez mañana. Entre los autores que ya han acudido a firmar obras en diversas casetas se cuentan José Donoso, Manuel Vicent, Jesús Fernández Santos, Leopoldo Azancot, Rosa Chacel, Angel Palomino, Carmen Martín Gaite, Raúl Guerra Garrido, Ramón Tamames, Blas Piñar, Ian Gibson y muchos más. Dos mesas redondas, previstas por un grupo de diecinueve escritores convocados por Ambito Literario, fueron aplazadas hasta el próximo día 15. Entre las actividades infantiles han destacado las actuaciones de los grupos de guiñol y títeres Tina-Francis y, sobre todo, el de La A, que presentó dos obras de Alberto Urdiales, Rompemuñecos y El mejor de los tesoros. La Coral San Alfonso actuó asimismo ante numeroso público, a pesar del calor intenso.

"El libro y la crítica"

En la tarde del lunes se celebró la primera actividad literaria, constituida por una mesa redonda sobre El libro y la crítica, en la que intervinieron, ante el público que llenaba la pequeña sala prevista, Guillermo Díaz-Plaja, Dámaso Santos, Jacinto López Gorgé, Florencio Martínez Ruiz, Rafael Conte y Luis Suñén, todos ellos críticos en ejercicio.Para Guillermo Díaz-Plaja, el crítico es una especie de profesor, con cátedra encubierta, que prosigue la labor educativa que termina tras la escuela y la universidad, configurando una especie de educación permanente. Rafael Conte distinguió entre la crítica periodística y la universitaria, señalando la conveniencia de que no estén separadas y se interpreten cada una de ellas adecuando se a los medios y espacios en que se ejercen. Dámaso Santos señaló el valor de los espacios concedidos en los medios de comunicación a la función crítica, considerando positivo este fenómeno. Luis Suñén destacó que la crítica «militante» trabaja sin perspectiva, pero crea la erudición de lo contemporáneo. Para Florencio Martínez Ruiz, el crítico de periódicos «trabaja sin red», en un espacio mínimo y a una máxima rapidez.

En el debate posterior surgió el tema de la crítica y el best-seller, que, de alguna manera, fue repudiado por los críticos asistentes. Para Rafael Conte, el periodista debe ocuparse del fenómeno; el, crítico tal vez menos, ya no es algo literario, sino sociológico. «El buen best-seller», dijo, «es el que resulta serlo, no el que es lanzado como tal desde el principio, en una operación montada de antemano ». Se distinguió entre el éxito de ventas que es arte verdadero, de Graham Green a García Márquez, frente a otros libros perfectamente falsos y alienadores.

Por otra parte, el Gremio de Editores de Madrid ha condenado, en un comunicado, que «miembros del Cuerpo General de Policía irrumpiesen en las casetas de algunos expositores sin que, ante el requerimiento de los empleados de los mismos, se mostrase a éstos el preceptivo mandamiento judicial».

También, con relación a los incidentes de la feria, y al Libro rojo del cole -sin entrar en su contenido-, la comisión federal de cultura del PSOE, frente a alguna asociación que lo ha calificado de «terrorismo intelectual», ha hecho constar que «la práctica democrática exige el derecho a la libre difusión del pensamiento y que la práctica de la libertad viene garantizada por el contraste de la información y las opiniones.

Por último, este órgano del PSOE «lamenta que las organizaciones presuntamente democráticas jueguen un papel inquisidor calificando de terrorismo intelectual a un acto libre de opinión, garantizado por el texto constitucional. Silenciando, sin embargo, el contenido maniqueo, competitivo y anticomunitario que determinados textos pedagógicos aportan a la educación infantil», señalando que «la debilidad del actual Gobierno se ampara en la restricción de las libertades ante su incapacidad de instaurar el imperio de la Constitución».