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Clausura de los Encuentros con el Teatro Español

La creación de teatros estables, la puesta en escena de obras que hasta ahora nadie se ha atrevido a representar, la potenciación de las actividades parateatrales (recuperación de edificios, nacimiento de archivos y museos teatrales) y la necesidad de que el teatro cuente con mayor presupuesto fueron alguna de las soluciones para revitalizar el teatro apuntadas en el curso de los Encuentros con el Teatro Español que se han celebrado en Valladolid.El certamen tenía como objetivo básico el tomar el pulso al actual teatro español, y en este sentido se cumplió con créces la meta fijada. El éxito, incluso, sorprendió a los propios organizadores (Aula de Teatro de la Universidad de Valladolid), ya que nadie esperaba que acudiera tanto público a las ponencias programadas ni que, al final, se suscitasen coloquios como los que hubo.

El teatro Calderón, donde tenían lugar las representaciones previstas, se llenó casi siempre, tanto con Doña Rosita la soltera, que puso en escena el Centro Dramático Nacional, como con El perro de Dios, del Roy Hart Teather, y Antaviana, del grupo catalán Dagom-Dagoll. «Esto demuestra claramente», señaló Juan Antonio Quintana, director del Aula de Teatro, «que el teatro interesa y que la gente acude a las representaciones en cuanto se le ofrece calidad y los precios no son elevados».

En las conversaciones se puso de manifiesto tanto la problemática como las esperanzas existentes en las distintas facetas del teatro español. Francisco Nieva señaló que existe una dramaturgia española, «pero el español tiene miedo a lo nuevo, al escándalo, y por eso no se lanza claramente a la búsqueda de nuevas tendencias». «Esto, sin embargo», añadió, «es necesario, por que no vamos a estar toda la vida copiando de fuera. Para conseguir esta dramaturgia española, hay que superar también el condicionante de la prudencia y la barrera de la desconfianza que existe hacia el director y el autor español».

Alberto de la Hera, ex director general de teatro, hablé de su experiencia durante el tiempo que estuvo en este cargo e hizo hincapié en que «el teatro debe ser una empresa pública, sin olvidar la iniciativa privada». Tras criticar el exigúo presupuesto que se destina al teatro, De la Hera pidió que se reforzara la atención hacia actividades parateatrales que tienen importancia vital: edificios de teatro, archivos, museos teatrales, mayor contacto con el extranjero, etcétera.

Para Alberto Miralles, la normalidad en la escena española llegará cuando «el teatro de un autor español deje de ser algo insólito, cuando no se depositen en él responsabilidades de tantas obras que no han podido llegar al público».

Las últimas jornadas estuvieron dedicadas a aspectos más concretos del teatro: la.puesta en escena y la problemática del actor José Carlos Plaza, director del Teatro Estable Castellano (TEC), disertó sobre la puesta en escena y pidió el nacimiento de teatros estables «en el que todos los elementos se conjuguen de una manera continua por encima de un montaje correcto».

El actor Joaquín Hinojosa se lamentó de que los actores españoles «hayan trabajádo siempre, y aún continúan haciéndolo, en el terreno de la intuición».

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