Polémica en Italia tras el escándalo de los servicios secretos
La detención del subjefe de los Servicios de Información y Seguridad Democrática de Italia (SISDE), Silvano Russomanno, acusado de haber entregado a un periodista el informe secreto sobre las revelaciones de Patrizio Peci -el «terrorista arrepentido» de las Brigadas Rojas-, han levantado una fuerte polémica en Italia. Lo mismo ha ocurrido con la detención del periodista Fabio Isman, del diario II Messaggero, que recibió el informe que fue publicado por su periódico.
Ambos serán juzgados a partir de hoy y deberán responder de las acusaciones de haber violado el secreto sumarial, en el caso del prefecto Russomanno, y de complicidad en el citado delito por parte del periodista. Tras Il Messaggero varios periódicos publicaron también partes del citado interrogatorio. Pero, misteriosamente, algunas hojas del mismo lograron escapará este primer lote de revelaciones: aquellas que señalaban a Marco Donat Cattin, hijo del vicesecretario nacional de la Democracia Cristiana, como terrorista del grupo ultraizquierdista Primera Línea
Con relación a este último caso, que fue revelado por el periódico filocomunista Paese Sera, el diputado radical que es también periodista Gianluigi Melega acusó al general Carlo Alberto dalla Chiesa -jefe de las fuerzas antiterroristas- de haber advertido a Donat Cattin sobre las acusaciones que pesaban contra su hijo.
Por otro lado, la detención del periodista de Il Messaggero ha levantado viva polémica en Italia, relativa a si el periodista debe aca tar el secreto de sumario. El argumento utilizado en favor de que los periódicos publiquen informes sometidos a tal cláusula es que el proceso sumarial es lentísimo en Italia y que las «filtraciones» periodísticas, como el caso de la matanza de Piazza Fontana, habrían contribuido a aclarar la verdad.
El escándalo Russomanno ha provocado interpalaciones parlamentarias y ha obligado al jefe del Gobierno a mantener conversaciones con los tres partidos que forman parte del Gabinete.
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