La respuesta militar del Este a la OTAN
El 14 de mayo de 1955, los más altos representantes de la URSS, República Democrática Alemana (RDA), Checoslovaquia, Polonia, Hungría, Rumania y Albania, encabezados por el entonces máximo dirigente del Kremlin, Nikita Jruschov, firmaban en Varsovia el Tratado de Amistad, Cooperación y Ayuda Mutua, conocido como Pacto de Varsovia, organización militar europea del Este que daba una respuesta al ingreso, una semana antes, de las tropas de la República Federal de Alemania en la OTAN.Los hechos históricos posteriores han hecho pensar si con ello la URSS no se aseguraba, además del control efectivo de los ejércitos de sus aliados, una especie de «legitimidad» para intervenir en el interior de esos países (Budapest-56 y Praga-68). Lo que parece suficientemente contrastado es que Moscú quiso «oficializar», como dice el historiador François Fejtö,el control militar de su bloque, de acuerdo con los pactos bilaterales anteriores con Checoslovaquia (1943), Polonia (1945) y Bulgaria, Rumania y Hungría (1948).
El tratado se compone de once artículos y en su declaración preliminar invita a todos los países europeos a integrarse en el mismo «con independencia de su régimen y política para asegurar la paz en Europa».
La organización está compuesta de un Comité Político Consultivo, creado un año -después de la firma, el Comité de Ministros de Defensa, creado en 1969, con conferencias anuales, un consejo militar, creado ese mismo año, el comité técnico de las fuerzas armadas conjuntas, creado también un año después de la invasión de Praga, el Comité de Ministros de Asuntos Exteriores, introducido en 1976. Como apoyatura al Comité Político Consultivo se creó, en 1956, el secretariado conjunto, con sede en Moscú. Y, finalmente, están el Mando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Pacto de Varsovia, siempre dirigido por un jefe soviético, y el Estado Mayor Combinado. Desde su creacion el Mando ha sido regentado cronológicamente por los mariscales de la URSS, Koniev, Grechtko, Yakubovski y Kulikov.
La primera disensión en el pacto la produjo Hungría, de manera efímera, durante la revolución de 1956, en que el Gobierno de Imre Nagy decidió retirarse de la alianza. La defección definitiva de Albania se produjo en 1968, aunque este país se apartó de toda actividad del pacto en 1961, tras su alineamiento con China.
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