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Aprobada la reforma sanitaria con los votos centristas y de Coalición Democrática

Las propuestas finales de UCD para la reforma sanitaria fueron aprobadas ayer con el apoyo de Coalición Democrática, el voto en contra de la izquierda y la abstención de Minoría Catalana. UCD votó en contra de todas las propuestas de resolución, excepto de dos formuladas por Coalición Democrática. En un momento del debate, el representante centrista José Luis del Valle explicó con pormenores cómo varias de las propuestas socialistas eran un plagio de la reforma sanitaria italiana.

En nombre de Coalición Democrática, Rafael Portanet defendió dos enmiendas a los epígrafes nueve y veintidós de la resolución de UCD que, finalmente, fueron aprobadas por la Cámara. Destaca la última de ellas, por la que se establece la «utilización previa de todos los recursos existentes, sea cual sea su titularidad, antes de realizar cualquier inversión montaje, de tal forma que se obtenga la óptima utilización de todo el potencial sanitario existente en el Estado, impidiendo la duplicidad de instalaciones y servicios en una misma zona».En definitiva, se trata de que la Seguridad Social, antes de acometer nuevas inversiones en construcción de centros sanitarios, viene obligada, de acuerdo con este texto, a utilizar los centros, provinciales, municipales o de cualquier otro orden, que existan en una zona determinada.

Juan Manuel Reol Tejada, en nombre de UCD, defendió la propuesta final del grupo centrista y explicó que su proyecto se basa, en síntesis, en los siguientes criterios: 1. Consideración del derecho a la protección a la salud con carácter universal. 2. Necesidad de que el Estado garantice la efectividad de ese derecho. 3. Necesidad de que derechos y obligaciones, conceptos y criterios, plasmen en una ley de Sanidad que perfile un nuevo

modelo sanitario. 4. Necesidad de que ese modelo se base en el concepto de salud, y no en el de enfermedad. 5. Necesidad de una política preventiva sobre la higiene de los alimentos y la del medio en el sentido más amplio. 6. Rentabilidad social de los recursos existentes que pasen por una sustancial mejora en la gestión del sector público y más adecuada coordinación en el privado. 7. Financiación a cargo de los Presupuestos del Estado y las corporaciones públicas, además de la Seguridad Social, ajustándose gradualmente las cuantías a lo que la equidad y la economía nacional determinen. 8. Diseñar un sistema descentralizado en el que la autonomía de los diferentes poderes territoriales y de las propias instituciones sanitarias sean garantía de una mayor eficacia. 9. Considerar la educación sanitaria, la

formación profesional y la planificación de la investigación como pilares básicos de la política sanitaria, y por último, establecer un sistema participativo y democrático de modo que los protagonistas de la sanidad, cualquiera que sea su procedencia o condición, participen activamente en la marcha de la actividad sanitaria y en el control y vigilancia de la gestión de la misma. Reol Tejada explicó luego el punto de vista de su grupo sobre la gestión sanitaria, insistiendo en la necesidad de reconocer el derecho a la libre elección del medio. En cuanto a la financiación, afirmó que debe correr mayoritariamente a cargo de los Presupuestos del Estado, pero, añadió, que esta fórmula no puede ser total «ni de hecho lo es prácticamente en ningún país, ni la redistribución por esa vía es la justicia absoluta ni con el sistema fiscal más progresivo yjusto». María Rubies, en nombre de la Minoría Catalana, definió los cinco

puntos que para ellos son básicos en el diseño de un proyecto de reforma sanitaria: la sanidad como responsabilidad fundamental de los poderes públicos; la reforma como medio para redistribuir la renta; una planificación a través del Instituto Nacional de la Salud que respete la libre elección de médico y el libre ejercicio de los profesionales y de las instituciones privadas; descentralización de la gestión y servicios y, por último, contemplar la necesidad de rápidas transferencias a las comunidades autónomas. Con esta intervención se agotaba el turno de proposiciones por parte de los distintos grupos. Se entró entonces en el de rectificación, y Manuel Sánchez Ayuso, en nombre de los socialistas, aseguró que UCD intenta mantener un sistema caduco, al que «quieren cambiar la cara». Rebatió algunas afirmaciones de Reol Tejada en el sentido

de que la Organización Mundial de la Salud hubiese emitido opinión favorable para la reforma. Atacó el establecimiento del cheque familiar sanitario por entender que supondrá mayor gasto para los ciudadanos, y afirmó que se va a descargar sobre los pacientes una parte importante del coste de la reforma. Puig i Olive, en nombre de Socialistas de Cataluña, se opuso también al proyecto final de UCD y urgió la entrada en la Cámara de la ley de la Salud. Miguel Núñez, en nombre de los comunistas, atacó la reforma centrista y pidió que no se legisle por decreto en tanto la ley de la salud no haya sido aprobada por el Parlamento, insistiendo en que el documento que la Cámara votó ayer no permite un desarrollo legislativo inmediato. Manuel Fraga, en nombre de Coalición Democrática, recordó que se honraba en haber presidido la comisión que elaboró el primer estudio completo sobre la reforma sanitaria, siendo

vicepresidente del primer Gobierno de la Monarquía. Explicó que el documento centrista, a su juicio, tiene sobre todo lagunas, y ensalzó la personalidad del secretario de Estado para la Salud, doctor Segovia Arana, cuya propuesta, dijo, merece los máximos elogios. En delfinitiva, anunció el voto favorable de su grupo. José Luis del Valle, en nombre de UCD, replicó a las objecciones de socialistas y comunistas y leyó una serie de textos en los que se advertía una coincidencia plena. Se trataba de algunas de las propuestas socialistas y del articulado de una ley sanitaria italiana. Concluyó afirmando que a la vista de lo que había leído, resultaba muy dificil de originalidad tal y como lo habían hecho los socialistas, y recordó que Fraga había señalado también la «originalidad de otras propuestas». Hacía mención con ello al supuesto plagio, por parte de los socialistas, de algunos textos del estudio sobre la reforma sanitaria que se hizo durante el mandato de Fraga como ministro del Interior.

Cerró el turno el ministro de Sanidad y Seguridad Social, Juan José Rovira Tarazona, que insistió en sus esfuerzos, a lo largo de todo el trámite parlamentario, para intentar el acercamiento y la aproximación de posiciones entre los distintos grupos, por entender que se trataba de una cuestión de Estado. Subrayó también los puntos fundamentales de la reforma propuesta por su ministerio y concluyó lamentando, por injustos, algunos ataques que se habían dirigido a «una figura de prestigio internacional, como la del doctor Segovia Arana».

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