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Estreno de "Irrintzi", ritual del pueblo vasco, por el grupo Akelarre

El grupo Akelarre, de Bilbao presentó ayer, en el teatro MartIn, de Madrid, el espectáculo Irrintzi (ritual del pueblo vasco), una visión de la evolución del pueblo vasco desde su época pagana a la cristiandad a través de una serie de ritos, con textos de los poetas vascos Gabriel Aresti, Gabriel Celaya y Blas de Otero, bajo la dirección escénica de Luis Iturri. En el mismo local continuarán las representaciones, en sesión de tarde, de la obra Andalucía amarga, de Salvador Távora, por La Cuadra de Sevilla.

El montaje de Irrintzi, grito ancestral del hombre prehistórico, se estrenó en Bilbao en 1977. Desde entonces ha recorrido salas, frontones y centros populares de Euskadi y varias ciudades españolas. El pasado mes de marzo se representaron algunas escenas en el teatro María Guerrero, dentro de un ciclo de análisis del teatro español junto con la obra Guerra-ez y otras piezas montadas por el grupo Akelarre desde su fundación, en 1966.

En el espectáculo intervienen los actores Mariví Bilbao-Goyoaga. Maribel d'Arretze. Antonio Rupérez, David Pinilla, Lander Iglesias y Txufo Ortiz de Urbina, los dantzari Alejandro Pérez Olaizola e lñaki Landa y el bertsolari lntxaurraga, con canciones de M. Olaizola y espacio escénico de Tomás Adrián.

Los ritos y el sonido forman la base de Irrintzi, con la utilización de instrumentos autóctonos vascos, como las makillas, la txalaparte y el cuerno. El director del montaje, Luis Iturri, señala que los ritmos de las danzas vascas se aplican sobre la plataforma del escenario a base de makillas (palos). «El escenario se convierte así en un gran txalaparta, ese instrumento de percusión milenario con el que los pastores vascos se comunicaban de montaña a montaña. A través de estos ritmos fluyen los textos y toda la acción escénica». los ritos escenificados de la historia del pueblo vasco: la defensa de la casa del padre, la cárcel, el amor, el trabajo, la soledad, la tortura, la muerte, tienen como contrapunto en el montaje la actuación de un bertsolari, que introduce las escenas, y un dantzari (bailarín), que completa el conjunto de grito y ritmo, ritual y folklore.

La labor del grupo Akelarre durante el franquismo, con el montaje de unas veinte obras, casi todas de autores extranjeros, es califica da por Luis lturri como de « resistencia cultural». «Nuestra etapa actual», dice Luis Iturri, «es de búsqueda de un teatro con características y lenguaje propio, que responda a una comunidad diferenciada en cierta forma, como es la nuestra, pero sin caer en voluntarismos nacionalistas. Nuestro teatro es riguroso, es teatro con conciencia universal, y será vasco en la medida en que nuestra comunidad sea capaz de dar al hecho cultural la importancia que en cualquier país civilizado merece».

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