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Aumenta peligrosamente la tensión entre Irán e Irak

El régimen islámico de Teherán tiene abierto un doble frente. Mientras en Washington se anuncia que son inminentes nuevas sanciones contra Irán, aumentan las fricciones con el vecino Irak. Ayer, el ministro de Asuntos Exteriores, Sadeh Gotbzadek, declaró en el diario persa Keyhan que la única forma de normalizar las relaciones entre Irak e Irán consiste en derrocar al régimen de Bagdad que encabeza Sadam Hussein.«Irán no descansará hasta alcanzar este objetivo», añadió el ministro, cuyas declaraciones, coinciden con un anuncio hecho por la emisora oficial iraní de la creación de un «Ejército revolucionario islámico para la liberación de Irak».

Los nuevos brotes de tensión entre Irán e Irak se remontan a hace más de un año, cuando el régimen de Bagdad comenzó a apoyar a la guerrilla del Juzestán (región suroccidental de Irán de cultura árabe). Ayer precisamente, mientras el presidente Banisadr visitaba la capital del Juzestán (Abadán, cabeza petrolera del país), estalló una bomba en la puerta de un cine. Cuatro muertos y veinticuatro heridos fue el balance final del atentado.

Por su parte, el comandante en jefe del Ejército iraní, general Mohamed Hadi Shadiner, declaró a la radio oficial que tropas soviéticas realizaron recientemente maniobras militares cerca de la frontera iraní, pero que no hay indicio alguno de que Moscú prepare un ataque militar contra Irán.

Con estas declaraciones. el general Shadmer salió al paso de las afirmaciones hechas el martes por Zbigniew Brzezinski, consejero del presidente Carter sobre Seguridad, acerca de fuertes preparativos militares soviéticos en la frontera norte de Irán, y a los informes del Pentágono sobre el envío de un comando anfibio al océano Indico.

La concentración militar soviética fue desmentida ayer también por el órgano oficial del Partido Comunista de la URSS, Pravda, que atribuyó la noticia al «charlatanerismo político propio de Brzezinski».

Ayer se supo que Jimmy Carter anunciará esta semana (probablemente hoy) nuevas sanciones económicas contra Irán. Se desconoce qué alcance puede tener estas sanciones cuando se encuentran ya prácticamente paralizadas las relaciones comerciales entre ambos países.

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En Teherán, fuentes económicas solventes estiman que Irán no podría vivir sin sus importaciones de alimentos. En este momento, Irán importa la mitad de sus necesidades agroalimentarias. Anualmente compra al exterior el 15 % del consumo nacional de trigo, el 30% de la carne, el 50% del pienso para el ganado y la mitad del azúcar.

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