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Europa y Japón estudian su respuesta a las exigencias del presidente Carter contra Irán

En previsión a la imposición de sanciones por parte de EE UU y acaso de algunos de sus aliados a Irán, los responsables iraníes están elaborando, bajo la dirección del presidente Banisadr, un plan antiboicoteo. Europa occidental, sin embargo, no ha respondido todavía el emplazamiento del presidente Carter, y Japón, por su parte, espera antes de pronunciarse, una decisión europea sobre el tema.

Mientras Zbigniew Brzezinski, consejero de Carter para Asuntos de Seguridad, anunció ayer en Washington que la URSS había procedido a realizar movimientos de tropas en el norte de Irán, el embajador soviético en París dijo, en un discurso considerado como «duro» por diplomáticos de países del Este, que Moscú impedirá todo fortalecimiento de las fuerzas militares occidentales, al tiempo que advertía a los países europeos sobre los graves peligros que pueden correr si se solidarizan con EE UU en la crisis de los rehenes.Por último, el máximo dirigente religioso iraní, el ayatollah Jomeini, envió ayer un mensaje al papa Juan Pablo II, en el que solicita al Santo Padre que «advierta al Gobierno norteamericano sobre los riesgos que acarrea su política de presión, opresión y pillaje».

Francia sigue siendo, entre los grandes países europeos, el que se muestra más remiso a seguir las indicaciones del presidente norteamericano Carter. Su embajador en Teherán, Raoul Delay, llegó ayer a París para consultas, pero un portavoz del Quai d'Orsay se apresuró en especificar que la convocatoria no significa, en absoluto, el comienzo de la aplicación de sanciones.

El Ministerio francés de Asuntos Exteriores declaró también no haber recibido protocolariamente ninguna nota norteamericana relativa al vencimiento del plazo de espera planteado por la Administración norteamericana.

La prensa francesa, encabezada por Le Monde, pone de relieve la situación «incómoda», en que el presidente de EE UU ha colocado a los países de la CEE y de la OTAN. En general, los analistas estiman que la actitud que adopte Alemania Federal será determinante para la conjunta que, a su vez, adopte la, CEE en su cumbre ministerial del 21 de abril, en Luxemburgo.

A este propósito, Willy Brandt y altos funcionarios de la cancillería alemana declararon ayer que Alemania Federal estaba dispuesta a aplicar el embargo comercial, pedido por EE UU, a Irán, informa Julio Sierra desde Bonn.

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El interés se concentra, ahora, en las medidas de réplica contra Irán, que la RFA y demás países de las Comunidades Europeas presentarán en Luxemburgo a principios de la próxima semana. Los expertos anticipan que quizá la RFA aproveche un resquicio legal del artículo 7 de su «ley de economía exterior» e imponga la obligatoriedad de solicitar un permiso cuando, en lo sucesivo, se pretenda realizar algún negocio con Irán. El ministro de Economía, el liberal conde Lansdorff, ha dicho ya de antemano que tiene dudas sobre la efectividad de un boicoteo económico: por lo pronto no puede asegurarse que esta medida, aun generalizada a todos los europeos, más Estados Unidos y Japón, vaya a conducir indefectiblemente a los objetivos que se propone el presidente Carter. En este caso, según Lansdorff, «es de temer que Washington acabe optando por la aplicación de unas medidas militares que nadie desea». En todo caso, el Gobierno de Bonn se ha propuesto no anticipar decisiones particulares.

Gran Bretaña, en cambio, el «aliado incondicional» de EE UU en Europa, se mostró reacio a seguir las consignas norteamericanas. El ministro británico de Comercio, Cecil Parkinson, declaró ayer, en Dubai, que sería imposible para su Gobierno aplicar sanciones económicas contra Irán, «porque sencillamente no hay maquinaria legislativa para hacerlo».

Parkinson añadió que aunque entiende y comprende plenamente que a Estados Unidos se le esté terminando rápidamente la paciencia, «Norteamérica tiene que comprender que otros países deben gozar de libertad para formar su propio punto de vista en cuanto al precio de cualquier acción que se adopte, si va a ayudar o si compensa el perjuicio que nos infligimos a nosotros mismos.»

Gran Bretaña, concluyó, tiene intereses muy sustanciales en Irán. «Es un mercado muy importante para nosotros, y las compañías británicas están muy comprometidas allí.»

Dos pequeños países europeos, Bélgica y Portugal, se declararon dispuestos a solidarizarse con EE UU tomando sanciones económicas contra Irán. El ministro belga de Asuntos Exteriores, Henri Simonet, manifestó que los nueve países de la CEE deberían asociarse conjuntamente a los esfuerzos de EE UU por conseguir la liberación de los rehenes.

Japón espera a Europa

Anticipándose a cualquier postura conjunta de los Gobiernos de la CEE, el Parlamento Europeo votará el viernes un proyecto de resolución presentado por los grupos mayoritarios, en el que pide la suspensión de relaciones diplomáticas con Irán.

Mientras Austria, país neutral, no ha decidido aún si se sumará a las medidas de boicoteo y Suecia anunció ayer que sólo se unirá a las sanciones si son aprobadas por la ONU, el Gobierno japonés, cuya colaboración fue expresamente solicitada por Carter, optó ayer por tomar una decisión sólo tras observar las reacciones de los países miembros de la CEE. El jefe del Gobierno japonés, el ministro de Asuntos Exteriores y un tercer miembro del Gabinete, cuya identidad no ha sido revelada, se reunieron para acordar que Japón esperará los resultados que adopten los demás países de Europa occidental.

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