La falta de consenso UCD-PSOE impide la elección parlamentaria de seis consejeros de RTVE

La falta de acuerdo entre centristas y socialistas impidió, una vez más, ayer que el Pleno del Congreso eligiera los seis miembros del consejo de administración de RTVE que corresponde designar a esta Cámara por el voto favorable de dos tercios, es decir, de 234 diputados. Socialistas y comunistas formularon sus propuestas de candidatos, pero la elección no se produjo por falta de «perspectivas de resultado positivo», según constatación hecha por el presidente de la Cámara. La discordancia UCD-PSOE no reside sólo en los nombres a elegir, sino en la resistencia centrista al empeño socialista de incluir en la negocición un acuerdo global sobre RTVE y -en expresión del diputado Enrique Barón- «la limpieza de aquella casa».

En los pasillos del Congreso se había manifestado previamente a la sesión que, en caso de producirse la elección, el grupo centrista votaría en blanco, con lo que bloquearía la obtención del quorum requerido. No fue preciso llegar a esta situación, ya que, el presidente del Congreso, Landelino Lavilla preguntó a los grupos si razonablemente podría realizarse la votación con perspectivas de resultado.El centrista Antonio Jiménez Blanco anunció que las negociaciones estaban entabladas, pero que la Cámara no estaba en condiciones de llegar a un resultado fructuoso (este término fue más tarde ridiculizado por Alfonso Guerra, quien estimó que la utilización correcta de la lengua castellana exigía la palabra fructífero, y más tarde Manuel Fraga apoyó la corrección del término utilizado por el diputado centrista).

El socialista Alfonso Guerra pidió que se produjera la elección, cuyo mandato proviene del estatuto de RTVE, vigente desde el pasado 2 de febrero. Señaló que la actitud negociadora de UCD no estaba corroborada en la práctica, y añadió que los socialistas estaban dispuestos a llegar a un acuerdo con todos los grupos. Denunció los intentos sucesivos de UCD por retrasar la elección, con motivos tales como las recientes eleccines autonómicas.

El presidente del Grupo Socialista declaró que la elección significaba una oportunidad para transformar la actual situación de RTVE, tras la auditoría realizada y las denuncias por hechos delictivos formuladas. «Para poner a cero lo que no funciona y salir de esta situación es preciso elegir los miembros del consejo de administración.» Añadió que su grupo había presentado una lista de candidatos.

Aunque oficialmente los socialistas se negaron a dar cuenta de los nombres propuestos, EL PAIS pudo saber que entre ellos figuraban los siguientes: Carlos Marugán, funcionario de Hacienda e inspector técnico fiscal; Alfonso Sobrado Palomares, periodista, ex director de la revista Posible y colaborador de Hoja del Lunes; Roberto Dorado; Pedro Bofill, diputado socialista, y Ramón Gómez Redondo, realizador de TVE y miembro de UGT.

La comunista Pilar Brabo recordó que los comunistas habían instado repetidamente la elección de los consejeros previstos en el Estatuto y añadió que, por su parte, habían cumplido los requisitos exigidos para presentar su candidato. (El nombre propuesto por los comunistas, según fuentes oficiales del grupo, es el de Manuel Serrano Vélez, programador de TVE y miembro del comité de empresa de RTVE.)

Pilar Brabo manifestó que sólo UCD había dejado de cumplir tales requisitos de propuesta de candidatos, tras retrasar repetidas veces la elección, actuación que valoró como «prueba clarísima de su deseo de no transformar la situación actual de TVE para seguir violando la ley vigente desde el pasado 2 de febrero». Aludió, entre otras violaciones, a la falta de objetividad, veracidad e imparcialidad en las informaciones televisivas prevista por el Estatuto. Asimismo se refirió a la obstrucción centrista al trabajo de la comisión de investigación de TVE, y a la querella presentada por el PCE en el juzgado de Navalcarnero.

Sobre la participación comunista en las negociaciones. Pilar Brabo declaró que su grupo no tenía «la más mínima noticia».

Manuel Fraga, por Coalición Democrática, dijo defender a la Cámara, para que trabaje en la larga agenda pendiente. Señaló su preocupación por la entrada en vigor del Estatuto de RTVE en su totalidad, pero añadió que no era el momento de formular juicios cuando ya funciona una comisión investigadora.

A la vista de las intervenciones producidas, el presidente de la Cámara, Landelino Lavilla, consideró que no existían posibilidades de verificar con resultado positivo la votación, por lo que la aplazó para la próxima sesión plenaria y estimuló a los grupos parlamentarios a la negociación. En cambio, anunció que en cumplimiento del artículo veintiséis del Estatuto de RTVE, el próximo martes, día 8 de abril, se constituirá la comisión de control parlamentario de. RTVE, prevista en dicho artículo.

Poco después de anunciarse el aplazamiento de la elección del consejo de RWE, el vicepresidente segundo del Gobierno, Fernando Abril y el secretario general del PCE, Santiago Carrillo, mantuvieron una conversación tensa en los pasillos del Congreso, aunque en un tono formal humorístico, sobre Televisión Española.

El señor Carrillo, a quien acompañaban los diputados de su grupo Pilar Brabo, Eulalia Vintró y Josep Solé Barberá, se cruzó con el señor Abril, quien dijo: «A nosotros nos pasa como a vosotros, que, cuando hay problemas internos, les echamos la culpa a los demás. » Carrillo replicó: «Yo lo que creo es que tenéis miedo y que tú ves comunistas por todas partes. Esa idea tuya de que estamos en todos los sitios es falsa..., porque, al final, va a resultar que tú tienes carné del partido. ¿Tú lo tienes? »

Abril contestó negativamente y Carrillo señaló que igual le ocurría a «muchos de los que tú dices que lo tienen». Abril insistió: «Lo que pasa es que muchos de esos tienen miedo. » Pregunta de Carrillo: «¿Miedo a quién?» Abril respondió - « Miedo a las consecuencias... » Carrillo protestó ante estas afirmaciones y Fernando Abril, a la vista de la proximidad de un grupo amplio de informadores, zanjó así la charla: «Bueno, vámonos, que esto se anima demasiado. »