Los nacionalistas de Jordi Pujol vencen en las elecciones al Parlamento catalán

El partido nacionalista Convergencia i Unió, fuerza política dirigida por Jordi Pujo¡, resultó el gran vencedor de las elecciones al Parlamento catalán, celebradas ayer, aunque sin llegar a la mayoría absoluta, que le hubiera permitido formar un Gobierno monocolor. Los socialistas han perdido el primer puesto entre las fuerzas políticas catalanas, que ocupaban desde el 15 de junio de 1977, mientras el PSUC confirma su tercera posición -si bien con ligeras pérdidas de votos- y UCD queda relegada al cuarto jugar. Las primeras hipótesis apuntan a un Gobierno catalán presidido por Jordi Pujo¡, en alianza con UCD y un posible apoyo de Esquerra Republicana, este último también en considerable alza respecto a pasadas consultas.

La participación electoral ha sido del 59%, porcentaje similar al registrado en el referéndum del Estatuto de Autonomía -25 de octubre pasado- y ligeramente inferior. a las elecciones municipales del 3 de abril. Por provincias, las únicas que han tenido participación superior al referéndum del Estatuto fueron las de Lérida -59,7%- y Tarragona -57%-, mientras que ha disminuido aún más la participación en Barcelona y Gerona, que registraron ayer 59,2% y 62,1%, respectivamente.A la una de la madrugada, Jordi Pujol abandonó el palacio de la Generalidad de Cataluña, tras entrevistarse con el presidente Tarradellas, sin estar aún convencido de que su partido ocuparía el primer lugar en el Parlamento catalán, aunque consciente de las buenas previsiones existentes. En cuanto a los socialistas, el desencanto era evidente en el centro de seguimiento de datos instalado por el PSC-PSOE, mientras los líderes del Partido Socialista observaban en Madrid un silencio casi total, sólo alterado por una breve declaración del responsable de prensa, Guillermo Galeote, en el sentido de que, «al parecer, el resultado que se está definiendo en Cataluña muestra una tendencia al aumento de los partidos nacionalistas, sobre todo de Convergencia».

El secretario general de UCD, Rafael Arias-Salgado, manifestó a la agencia Efe que, «utilizando un símil deportivo, las elecciones catalanas dan como gran perdedor al Partido Socialista, que desciende siete puntos con respecto a las elecciones del 1 de marzo». En Cataluña, el principal líder centrista, Antón Canyellas, afirmaba a la misma hora que «podemos asegurar que esta ha sido una jornada histórica».

Un rápido análisis de los resultados electorales muestra que zonas obreras de predominio socialista -por ejemplo, el Bajo Llobregat- han perdido en favor de los comunistas o bien de la abstención. Es muy posible que los socialistas hayan perdido votos de sectores catalanistas que habrán optado por favorecer a Esquerra Republicana.

En privado, diversos líderes políticos reconocían esta madrugada que la Generalidad será de difícil gobierno. No obstante, el número dos de la lista centrista por Barcelona y consejero de Economía de la Generalidad, Eduardo Punset, declaró a EL PAIS: «Estamos asistiendo a los inicios de la orquestación de una fuerza hegemónica de centro. El tipo de acuerdo entre Pujol y UCD le corresponde fijarlo a Convergencia Democrática de Cataluña, por haber obtenido una clara preeminencia con relación a nuestra opción política. Como economista, puedo decir que, en el terreno de mi especialidad, los puntos de coincidencia son múltiples y nada imposible un acuerdo con Convergencia.»

Precisamente este posible acuerdo entre Pujol y los centristas de Cataluña -con posible apoyo, abierto o disimulado, de los republicanos históricos de Esquerra- es el principal temor de los comunistas catalanes y, en menor grado, de los socialistas. Para Jordi Solé Tura, diputado del PSUC, lo mejor sería un Gobierno catalán constituido por socialistas, comunistas, Convergencia y Esquerra, con Benet como presidente.

Millares de personas se congregaron esta madrugada frente a la sede de Convergencia de Cataluña gritando, una y otra vez, «Pujol, president». El líder nacionalista saludó numerosas veces con el signo de la victoria, visiblemente emocionado. A esa hora, existían ya datos completos de Gerona, Tarragona y Lérida, mientras el Ministerio del Interior retenía los datos de Barcelona, anunciando porcentajes muy inferiores a los que facilitaba el centro de datos de la Generalidad.