Los rehenes de Teherán dependen de las elecciones legislativas

Los iraníes acuden hoy a las urnas para votar en la primera vuelta de las elecciones legislativas. Dos serán las tareas más urgentes del nuevo Majlis (Parlamento): decidir el futuro de los cincuenta rehenes de la embajada de Estados Unidos, según la indicación dada por el imán Jomeini, y servir de lugar de clarificación entre los diversos sectores nacidos de la revolución, que vienen conspirando entre sí, de forma subterránea, durante los últimos meses.Jomeini cerró la campaña electoral con un mensaje televisado en el que invitó a votar por aquellos «candidatos islámicos que aspiren a sentarse en la sagrada asamblea», y calificó estas elecciones de «último escalón victorioso» en el camino revolucionario.

Aún pasarán bastantes semanas hasta que se conozca con exactitud la composición del primer Majlis de la República Islámica. En las elecciones de mañana, sólo lograrán escaños aquellos candidatos que obtengan más de la mitad de los votos de su circunscripción. El resto competirá en la segunda vuelta, que se celebrará dentro de tres semanas.

La campaña electoral de la segunda vuelta se verá interrumpida por la celebración del año nuevo persa (21 de marzo), cuyos festejos provocan la casi completa paralización de Irán durante siete días. La Administración (más dedicada a los conflictos marginales o a la lucha por el poder, y cuyos efectivos se encuentran diezmados, después de que muchos funcionarios abandonasen el país con el cambio de régimen) no ha sido capaz de precisar cuántos son los candidatos.

Según las estimaciones más fiables, 3.500 personas aspiran a ocupar los 264 escaños del Parlamento. Sólo en Teherán (ciudad a la que corresponden treinta puestos), los candidatos son 460.

Tres son los principales grupos que se enfrentan en las elecciones: el intransigente Partido de la República Islámica (apoyado por el clero integrista y el sector duro del Consejo de la Revolución), los grupos electorales creados por el presidente Abolhassan Banisadr (de corte islámico-liberal) y los mauyaijdines del pueblo (progresistas islámicos).

En principio, se puede considerar favorita la formación de Banisadr, que obtuvo cerca de un 80% de los votos emitidos en las elecciones presidenciales. Para apoyar a sus candidatos, el presidente se ha dedicado a recorrer Irán con intensidad, durante las últimas semanas. Sin embargo, no hay que olvidar la importancia del clero integrista, que. nuevamente parece haber encontrado el apoyo del imán Jomeini, quien últimamente ha enfriado sus relaciones con el presidente.