Schmidt apoyará ante Carter el derecho de autodeterminación de los palestinos

Pocas horas antes de que el canciller de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Schmidt, iniciase, ayer tarde, su viaje a Estados Unidos, en medios del Gobierno de Bonn se daba a entender que la RFA está dispuesta a tomar decisiones significativas y con carácter de repentinas, aunque no impreparadas: Alemania Occidental, tras larga vacilación, reconoce sin paliativos el derecho de autodeterminación del pueblo palestino y, también, ofrece su respaldo y colaboración al nuevo Gobierno de Zimbabwe (Rodesia).Ambos factores, unidos a la penosa impresión causada en la RFA por el «error» norteamericano en el Consejo de Seguridad de la ONU, en relación con los poblados israelíes instalados en los territorios árabes ocupados, parecen haber aliviado la inquietud que suscitaba este viaje de Schmidt a Washington. El canciller no se ha hecho acompañar por ningún ministro -Genscher se encuentra en Malasia, en la conferencia de la ASEAN-, sino por un variado grupo de rara índole en éste tipo de visitas: presidentes de sindicatos, de las cámaras de comercio e industria, el inspector general de las fuerzas armadas y el propietario de las fábricas de porcelana Rosenthal. Schmidt se entrevistará en Washington al máximo nivel con el presidente Jimmy Carter, con los Ministros de Asuntos Exteriores, Defensa, Finanzas y Energía, y con el consejero presidencial para Asuntos de Seguridad, Zbigniew Brzezinski.

Los medios políticos alemanes definen esta visita del canciller a Washington como «extraordinariamente difícil». En ella, Helmut Schmidt «deberá hacer compatibles los intereses nacionales, europeos y atlánticos» con la tradicional amistad de la RFA para con Estados Unidos. Un diario liberal subraya en este contexto que un punto de fricción entre Bonn y Washington es el de la mayoría de edad alcanzada por Alemania Occidental: «La RFA ha alcanzado ya su propio peso y tiene ya un perfil definido.» A pesar de la dificultad que se atribuye a este viaje, la impresión más general es la de que, por debajo del entramado de declaraciones de amistad y de respaldo al «espíritu Carter», la RFA no claudicará de su postura moderada respecto de Moscú.

El canciller insistirá, a su vez, se dice, en la necesidad de dotar de mayor efectividad a las consultas mutuas de los aliados occidentales, que por parte del presidente Carter no parece existir un criterio firme en determinados puntos clave, como el del poblamiento judío de los territorios árabes ocupados, es cada vez más palpable a los políticos alemanes, que progresivamente formulan más críticas veladas a la Administración norteamericana, sin por ello renunciar al espíritu de la alianza con Norteamérica. Como ejemplo de lo contrario, se ha destacado el viaje del presidente francés, Giscard, al Próximo Oriente y el respaldo alemán a la postura francesa de apoyo a las pretensiones del pueblo palestino. El «desconcierto» creado en Estados Unidos por la postura de este país en el Consejo de Seguridad se ha ofrecido en la RFA como un argumento en favor del calificativo de «Imprevisible» aplicado hace algunas semanas por el canciller Schmidt a la política exterior de Carter. El «general Anzeiger», cercano a las fuentes de la diplomacia alemana, comentaba, a propósito del viaje de Helmut Schmidt: «Las decisiones del presidente (Carter) son desconsideradas o bloqueadas, y no se tienen en cuenta las informaciones de los ministerios a la hora de adoptar resoluciones.» Como una prueba de una actitud contraria, el canciller Schmidt acude a Washington tras haber cubierto una apretada agenda de conversaciones sobre la crisis de Afganistán con políticos de dentro y fuera de la CEE.