Carrillo insiste en que "este referéndum no es de la izquierda"

La plaza de Bib-Rambla, de Granada, se convirtió el domingo nuevamente en ágora política de Andalucía, y se llenó para contemplar el espectáculo de un Alberti que, por vez primera en su vida, entra en Granada para pedir el sí en el referéndum del próximo día 28 de febrero. Santiago Carrillo, en un discurso largo y monótono, insistió nuevamente en que «este no es el referéndum de la derecha o la izquierda, sino de todos los andaluces».A las doce del mediodía, Rafael Alberti llegó al arco de Elvira, y a la una dio comienzo el mitin del PCA, en el que el poeta leyó la Balada del que nunca fue a Granada, escuchada con un impresionante silencio por las 15.000 personas que seguían el acto. Después de asegurar que su vuelta era por el referéndum andaluz y por el sí a la autonomía, Alberti comenzó a dar lectura a sus coplas por la autonomía. Durante su intervención pasó sobre la plaza de Bib-Rambla una avioneta a muy baja altura y dejó caer miles de octavillas en las que textualmente se puede leer: «La vía del artículo 143 supone mayor realismo, racionalidad y eficacia. Es una vía del sentido común. No por mucho madrugar amanece más temprano. Absténte el 28 de febrero», y en la otra cara: « Los andaluces pensamos, pero no improvisamos. UCD con los andaluces no quiere Improvisar una autonomía. Absténte el 28 de febrero.» Las octavillas, sin pie de imprenta, como es habitual en la propaganda de UCD, provocaron un verdadero escándalo.

Los asistentes al mitin comenzaron a gritar: «Andalucía, autonomía», y Rafael Alberti, cuando cesaron los gritos, finalizó la lectura de sus coplas y pidió el sí a todos los andaluces. «Los enemigos de Andalucía siguen siendo los mismos, los que propugnan el no y la abstención.» Según aseguraron a EL PAIS miembros del PCA, es ilegal que una avioneta sobrevuele el lugar en que se celebra un acto político para hacer contrapropaganda, y también es ilegal editar octavillas sin pie de imprenta.

Santiago Carrillo aseguró que «para nosotros, no ha sido una gran sorpresa la postura adoptada por UCD. Lo que sucede a la dirección de este partido es que no ha asumido la concepción de un auténtico Estado de autonomías. Quedan en UCD residuos de fuerzas que han dominado durante siglos y que han sido profundamente centralistas. Toda la argumentación de UCD sobre los peligros del 151 carecen de pies y cabeza, porque el Estado no se va a romper, sino a consolidarse».

El señor Carrillo dijo que «nos han dejado sin ministros en Madrid», refiriéndose a la gira andaluza de los señores De la Cierva y Pérez Llorca, en Granada.