Israel cambia de moneda para atajar la inflación

Israel va a experimentar una revolución monetaria: la libra desaparece para ser sustituida por una nueva moneda, el shekel, cuyos billetes acaban de llegar clandestinamente al país, desde el extranjero y por avión, en medio de un gran sigilo. La nueva moneda no será puesta en circulación hasta mañana, domingo 24 de febrero.Un shekel valdrá diez libras israelíes. La población del país gozará de tres meses para cambiar todas sus libras a shekels, ya que la vieja moneda será progresivamente retirada de la circulación.

Los objetivos de esta vasta operación son varios. El primero de ellos consiste en provocar un cho que psicológico similar al originado por el general De Gaulle en Francia, en 1958, cuando se creó el franco nuevo, que valía el equivalente de diez francos antiguos.

El segundo objetivo consistiría en golpear duramente al dinero negro acumulado para eludir el fisco y que acarrea un poderoso mercado dinerarío paralelo y proporcíona beneficios ilícitos. En efecto, en tres meses, a más tardar, todas las libras que no hayan sido cambiadas perderán su valor. Asimismo, cada israelí será requerido para realizar una declaración de renta en la que deberá indicar no solamente sus ganancias, sino el conjunto de sus haberes líquidos e inmobiliarios.

¿Se conseguirán estos objetivos? El shock psicológico, tal vez, según afirma la mayor parte de los economistas israelíes, pero tendrá efectos contrarios si no se yugula la inflación rápidamente.

En cuanto a los capitales negros, nadie cree que las nuevas medidas monetarias vayan a tener eficacia. En el Israel de hoy nadie -salvo algunos nativos ancianos o personas fuera de onda- guarda sus ahorros en libras israelíes, sea dinero negro o blanco. La mayor parte de los capitales no legales se hayan transformados en divisas extranjeras, en oro, diamantes, cuadros e inmuebles. Además, buena parte de esta masa de dinero se encuentra depositada en el extranjero, en bancos suizos o de otros países.