Cyrus Vance resta importancia a las divergencias occidentales

A su paso por Londres, procedente de París, Cyrus Vance, secretario de Estado norteamericano, restó importancia a las divergencias de opinión en el seno de la alianza occidental sobre el boicot de los Juegos Olímpicos de Moscú.Tras haberse reunido durante más de una hora con lord Carrington, ministro de Asuntos Exteriores británico, Vance declaró a los periodistas que los países occidentales reconocían «la seria amenaza» que representa la intervención soviética en Afganistán. Pero admitió que los puntos de vista occidentales no coincidían sobre las medidas que convendría tomar. Subrayó, a renglón seguido, que ni Francia ni Alemania Federal habían definido su postura de cara a los Juegos Olímpicos de Moscú.

A propósito de la propuesta británica de neutralización de Afganistán, Vance afirmó que la consideraba «importante». Sus reservas a este propósito han sido interpretadas en los círculos diplomáticos como reveladoras del escepticismo norteamericano sobre las posibilidades reales de aplicación de tal tipo de medida.

Coincidiendo con la visita de Vance, el Partido Laborista británico se pronunció oficialmente contra el boicot de los Juegos Olímpicos. En un comunicado hecho público el jueves, señala que es necesario distinguir «la asociación del deporte y la política y la utilización del deporte como arma política».

Por el contrario, los diarios populares siguen desarrollando una enérgica campaña a favor del boicot y denuncian, con este motivo, la postura francesa. El Daily Mail reprocha a los ocho miembros de la CEE haber aceptado el «desdén y desprecio» de François Poncet, ministro francés de Asuntos Exteriores. «Se nos quiere hacer creer que sería inútil poner de relieve el aislamiento de Francia. Sin duda sería un gesto galante demostrar cierta consideración con una señorita desamparada, pero el presidente Giscard es más bien el lobo solitario. »

Por su parte, el Sun afirma que Francia era partidaria «del desarrollo de los Juegos sin la participación de los principales países occidentales, porque así tiene la esperanza de obtener alguna medalla». Por último, el Times estima que «en una sociedad libre no corresponde al Gobierno decidir si los medios de comunicación pueden o no retransmitir los Juegos».