La Albufera precisa medidas urgentes para su supervivencia
La Albufera exige un plan urgente de medidas para recuperar el equilibrio de su ecosistema y el calado del lago, que en algunas zonas ha desaparecido por la alarmante acumulación de fango, según se desprende de los debates organizados en el Coegio Oficial de Médicos sobre la problemática de La Albufera.Del conjunto de estas jornadas destacó la propuesta de construir un canal perimetral para la linde sur del lago, presentada por el ingeniero de Caminos y profesor de la Universidad Politécnica, Benet Granell, destinado a eliminar la contaminación agrícola procedente de los plaguicidas utilizados en los campos de cultivo de la zona. Esta es una de las vías contaminantes más peligrosas para la futura supervivencia del lago, junto a la contaminación industrial, cuya reducción depende de la construcción del colector oeste y el depósito de fangos y materiales arrastrados por las avenidas del barranco de Torrente, que entran por la linde septentrional.
El proyecto, concluido hace cuatro años, comprende un trazado aproximado de siete kilómetros y medio, desde la acequia de la Foya hasta el canal de Dalt de la Reina, y desemboca en el mar después de recoger parte de los vertidos de dos de las acequias que afluyen al lago en su parte meridional. No supone expropiaciones prácticamente, mide quince metros de ancho por dos de profundidad, en su primera parte, mientras, en el último tramo se dobla a treinta metros. Su presupuesto asciende a 75 millones de pesetas, aunque puede quedar reducido a la mitad si se elimina la realización de puentes y caminos previstos en el proyecto inicial para no obstaculizar los trabajos agrícolas del terreno por donde pasa su trazado.
El descenso del calado, además de la contaminación industrial y agrícola, constituye uno de los índices más alarmantes del proceso de degradación del lago. Según la asociación Amigos de la Albufera, en algunos puntos la profundidad no supera los veinte centímetros a causa del continuo vertido de tierras. La media es de 91 centímetros, si bien en algunas zonas resulta imposible la navegación de las tradicionales barcas, mientras otras mantienen un calado superior al metro y medio.
El deterioro de su ecosistema se acentuó sobre todo en los años 1974 y 1975, al generalizarse el uso de herbicidas, que hicieron desaparecer un tipo de alga llamada Asprella, que actuaba como filtro natural de las aguas extrañas al lago. En estudios recientes realizados por especialistas se evalúa que los valores de producción cinegética y piscícola disminuyeron en los últimos años, por razón de las perturbaciones ecológicas, de 61 a siete millones de pesetas.
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