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El ministro de Agricultura reconsidera su decisión de abandonar el Gobierno

El ministro de Agricultura, Jaime Lamo de Espinosa, reconsideró, a últimas horas de ayer, su decisión de abandonar el Gobierno, tras una larga entrevista con el vicepresidente económico, Fernando Abril. La entrevista se celebró poco después del Consejo de Ministros, por indicación expresa del presidente Suárez, quien no desea efectuar nuevas sustituciones en el Gabinete antes de la proyectada reforma administrativa de la primavera próxima. Poco antes de iniciarse el Consejo de Ministros, el titular de Agricultura había comunicado al presidente su deseo de dimitir irrevocablemente, a la vista de sus constantes enfrentamientos con el vicepresidente económico, Fernando Abril.

El portavoz del Gobierno, Josep Meliá, en la habitual rueda de prensa, dijo que «es cierto que ha existido cierta confrontación de puntos de vista respecto a los precios agrícolas, pero mis noticias indican que no van a tener más consecuencias y del Consejo de Ministros de hoy podrían deducirse la integración de estas discrepancias». Ante la insistencia de los informadores sobre la posible salida del Gobierno del señor Lamo, el portavoz reiteró que «la política económica la decide el Gobierno y la ejecuta su comisión delegada. Los ministros están para instrumentalizar esa decisión. Entender la política como confrontación, sin someterse a los intereses generales, sería nefasto para el país».Durante toda la tarde de ayer circularon insistentes rumores sobre una inmediata salida del Gobierno de Lamo de Espinosa, enfrentado al vicepresidente económico por la oposición de éste a sus planteamientos en materia de política agraria. Básicamente, las discrepancias se centran en los límites impuestos por la vicepresidencia para las negociaciones de los nuevos precios agrarios sometidos a regulación de campaña, a los que Fernando Abril quiere imponer drásticas limitaciones para evitar que el índice de precios al consumo crezca por encima de lo previsto.

Esta semana, el responsable del equipo económico ordenó la suspensión de la primera reunión, proyectada para negociar el nuevo precio de la remolacha con las asociaciones campesinas.

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Las tensiones Abril-Lamo se anunciaron el pasado año

(Viene de primera página)Las tensiones entre el ministro de Agricultura y el vicepresidente económico del Gobierno se iniciaron el pasado otoño, con ocasión de las negociaciones sobre los precios del aceite de oliva. En aquella oportunidad, el vicepresidente se opuso a la concesión de las elevaciones propugnadas por el Ministerio de Agricultura, por estimar que incidían excesivamente en el índice de precios al consumo (IPC), que el Gobierno deseaba mantener por debajo del 16% para el conjunto de 1979. En aquella oportunidad, las discrepancias entre Jaime Lamo y Fernando Abril se extendieron al presidente del Congreso, Landelino Lavilla, quien, en su condición de diputado por Jaén, intervino en la pugna, defendiendo los intereses de los olivareros jiennenses. Pocas semanas después de las discusiones sobre este tema, el ministro de Agricultura expresó al presidente sus deseos de abandonar el Gabinete, como consecuencia de una decisión en materia de importación de vinos para lo que no había sido consultado; pero su dimisión fue rechazada.

El inminente inicio de varias campañas agrícolas ha provocado en los últimos días una reanudación de las tensiones entre el vicepresidente Abril y su ministro de Agricultura. En el fondo de las discrepancias está la permanente actitud del responsable del equipo económico (empeñado en mantener a toda costa una reducción en el índice de precios al consumo), contraria a cualquier propuesta de elevación de los precios en origen de los productos agrarios sometidos a regulación de campaña. El titular de Agricultura, por el contrario, defiende de modo permanente la idea de que son las costosas y desordenadas estructuras comerciales las que inciden en mayor medida en el encarecimiento de los productos alimenticios, cuya ponderación en el índice de precios (45%) es la más alta de todos los grupos componentes, y no las elevaciones aplicadas a los precios en origen; es decir, los que percibe directamente el productor.

La pasada semana, tras varias jornadas de tensión en el campo, derivadas del incremento de los costes de la energía, el ministro de Agricultura convocó la primera de las reuniones para debatir los nuevos precios agrícolas para la próxima campaña. Concretamente se eligió la remolacha, que es uno de los productos de mayor incidencia en la producción agraria nacional y tiene un fuerte componente de empleo en zonas afectadas singularmente por el paro, aquejada en estos momentos por unas perspectivas de escasez de azúcar en todo el mundo, que han provocado una brusca elevación de los precios en los mercados de futuros de la Bolsa de Nueva York. En la reunión de la Comisión Delgada del Gobierno para Asuntos Económicos del pasado lunes, el vicepresidente dio la orden expresa de suspender la reunión, tras la acentuada oposición del ministro de Agricultura a aceptar un tope del 8% para las negociaciones. El señor Lamo insistió en la necesidad de fomentar, vía precios, el cultivo de la remolacha, que en 1979 descendió en un 50%. Diversas fuentes consultadas han coincidido en señalar que el señor Abril llegó a manifestar imperiosamente en la reunión que, «en lo sucesivo, esta Comisión Delegada no discutirá los temas relativos al sector agrario, por lo que el señor ministro de ese departamento queda excusado de asistir a las reuniones». Las mismas fuentes indican que el señor Lamo abandonó acto seguido la sala donde se celebraba la reunión.

La reunión convocada por las asociaciones campesinas, que debería haberse celebrado el miércoles pasado en el FORPPA, fue suspendida a última hora. La versión oficial señalaba que el presidente del FORPPA, Luis García tuvo que asistir a la reunión de la Comisión General de Subsecretarios, que se celebraba a la misma hora. El presidente de este organismo autónomo no asiste habitualmente a dicha reunión.

Las tensiones entre los señores Abril y Lamo han sorprendido en medios políticos, dadas sus estrechas relaciones durante los últimos años. Las primeras relaciones entre Fernando Abril y Jaime Lamo datan de la etapa universitaria, cuando el hoy vicepresidente económico dio clases particulares al actual ministro de Agricultura y al hoy agregado agrícola en la embajada de Londres, Antonio Navarro. Los tres cursaban estudios de ingeniero agrónomo, aunque el señor Abril asistía a un curso superior. En el primer Gobierno de Adolfo Suárez, el entonces ministro de Agricultura, Fernando Abril, nombró subsecretario a Jaime Lamo. Cuando aquél pasó a vicepresidente político, tras las primeras elecciones democráticas de junio de 1977, el señor Lamo desempeñó el cargo de subsecretario adjunto al vicepresidente. Finalmente, cuando, en febrero de 1978, Fernando Abril sustituyó a Enrique Fuentes en la vicepresidencia económica, incorporó a su equipo a Jaime Lamo como ministro de Agricultura, confirmándolo en el último cambio ministerial de 1979.

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