Presunto terrorista italiano, asesinado por sus propios compañeros
William Vaccher, un joven extremista de izquierda acusado de pertenecer al grupo terrorista italiano Primera Línea y de haber participado en el asesinato del juez Alessandrini, resultó muerto a tiros de pistola ayer por la mañana en Milán, en un atentado reivindicado por sus mismos compañeros de grupo.El hecho tiene especial importancia porque el joven asesinado se encontraba en libertad vigilada y se había presentado voluntariamente a los jueces, afirmando que él era inocente y que no tenía nada que ver con su primo, que está en la cárcel acusado del asesinato del juez Massandrini. Pero, al parecer, Vaccher había colaborado desde el primer momento con la Magistradura, cosa que la organización no le ha perdonado. Ha sido, pues, asesinado, como afirma la prensa, «con la técnica de la mafia que elimina a cómplices y testigos».
El episodio entra en el clima, que se está difundiendo entre bastantes acusados de terrorismo, de una voluntad inesperada de colaboración con las fuerzas del orden. En esta misma línea podría inscribirse también el dramático episodio que en los últimos días vivió Milán, cuando Antonio Brambilla se suicidó después de haber asesinado a dos rehenes en una oficina del centro de la ciudad. Los psiquiatras comentan que Brambilla era una mezcla de desequilibrado y de terrorista. Los observadores piensan que podría tratarse de un personaje que «sabía más de lo que podría parecer en materia de terrorismo», como el mismo había declarado a los magistrados durante sus veintiséis horas de contactos telefónicos, cuando se había atrincherado con ocho rehenes, a seis de los cuales liberó antes de su acción desesperada.
Lo menos que se puede decir es que existe mucho nerviosismo y confusión con relación al complicado mundo del terrorismo italiano. Otro episodio sin explicación ha sido el suicidio del judío ruso de 36 años Avel Malishev, exiliado en Roma, que amaneció ayer ahorcado en las rejas de la embajada soviética de la capital italiana. La policía encontró junto a su cadáver una bolsa con unos folios escritos con caracteres cirílicos. En la embajada de la URSS afirman que se trata de un escrito sin sentido, pero los magistrados piensan pedir una copia de la traducción.
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