_
_
_
_
Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El espíritu y la carne

Stanley Kramer es un viejo conocido del público español y no sólo por sus historias sobre España, por su famoso filme Orgullo y pasión, en el que los patriotas españoles, en plena guerra de la Independencia, empujaban un colosal cañón, a través de Castilla, a fin de derribar las murallas de Avila, sino por otros muchos títulos que van desde el drama a la comedia, desde el humor a los temas raciales.Para aquellos que siguen su trayectoria artística como productor y hombre de cine, Kramer supone además un hito dentro de una de las más sórdidas etapas de Hollywood. No es preciso sino recordar nombres como Mark Robson, Zinnemann o Dmytrik y contemplar sus filmes para comprender cuánto le deben no sólo en la oportunidad de darles forma, sino incluso en su propia categoría, dentro de la gran tradición de los grandes productores americanos.

Más allá del amor

Dirección: Stanley Kramer. Intérpretes: Dick van Dike, Kaihleen Quinlan, Mauren Stapleton, Ray Bolger, Tammy Grimes, Beau Bridges. Dramática. 1979. Local de estreno: Real Cinema.

Más información
Stanley- Kramer, en la Filmoteca

Desde que decidiera asumir también la responsabilidad de la realización, Kramer se caracterizó desde sus primeros pasos por un estilo sólido y brillante a la vez, capaz de adaptarse a los diversos géneros en boga y al mismo tiempo válido para llegar al gran público y satisfacer a exigentes minorías. Siempre dispuesto a la polémica, ello no supone obstáculo para servir comedias como El mundo está loco, loco, loco, en la que rinde homenaje al más tradicional humor americano.

Tras tocar toda clase de temas políticos o raciales, sociales o no problemas que siempre van más allá del puro personaje, ahora afronta el tema del amor humano más allá de los votos eclesiásticos. En un tiempo en el que vocación y celibato sufren el duro trance de la duda, cuando no de los hechos consumados, esta historia de amor puede servir de reflexión acerca de un porvenir incierto en lo que se refiere a tan arriesgada cuando no apasionadas opciones.

Kramer, para su filme, ha es cogido la horma del melodrama tradicional sin desviarse de su norma y medida, sin disfrazarlo como tantos otros realizadores de conceptos vacíos, técnicas y actitudes capaces de encubrir lo que por eficaz resulta evidente. La relación entre los dos protagonistas, es decir, entre la monja joven y el cura no tan joven viene dada de una forma bastante verosímil, lógica, rodeada de un coro de monjas viejas en cuerpo y alma, un pueblo suspicaz y un consejo de viejos superiores.

Un Dick van Dike para el que el tiempo no ha pasado en balde, define con eficacia el drama de estos dos seres, cuya parte mejor lleva Kathleen Quinlan, cuya presencia llena la película. Con su humanidad y juventud, consecuencia a fin de cuentas de sus evidentes cualidades de actriz sutil y sólida, su presencia va marcando, paso a paso, el curso de este sincero melodrama en el que Kramer, una vez más, corre acorde con los problemas de los tiempos actuales.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_