Línea de severidad en las conclusiones

Las conclusiones del sínodo particular holandés constan de una introducción de cinco capítulos los obispos, los sacerdotes, los religiosos, los seglares, los «colaboradores» pastorales, algunos sectores de la vida ectesial, de un epílogo, y algunas disposiciones complementarías. Los cinco capítulos están divididos en 46 artículos, que fueron votados uno por uno con voto secreto.Por lo que se refiere a los obispos, afirma el documento que «profesan su acuerdo con el contenido de la fe, según las enseñanzas de la Iglesia católica romana». Y añaden que, por otra parte, piden que «las acusacione que sobre ellos llegan a los dicasterios romanos» puedan ser conocidas por los interesados o po la Conferencia Episcopal.

Siguen toda una serie de consejos para buscar la unidad entre ellos, como «abstenerse de declaraciones públicas que puedan dañar a un hermano del episcopado».

Están convencidos que el celibato «es un gran bien para la Iglesia», y manifiestan su voluntad de «seguir fielmente las decisiones del Papa de mantener la regla del celibato». Se consideran «incompatibles con las estructuras y el espíritu de la Iglesia las asociaciones sacerdotales con carácter sindical ».

Por lo que se refiere a los seminarios tradicionales que en Holanda habían desaparecido prácticamente sustituyéndolos con colegios mayores al lado de una universidad, el documento reafirma que la preparación al sacerdocio deberá hacerse a través de «verdaderos seminarios», y cita precisamente el ejemplo del. único seminario tradicional holandés, el del obispo más conservador, monseñor Gijssen.

Por lo que se refiere a la vida del sacerdocio, se afirma que deberá ser fiel al brevario, a la misa diaria, a la confesión personal y a la dirección espiritual.

En cuanto a los sacerdotes ya casados y que trabajan en la pastoral o enseñan Teología, una comisión especial estudiará el problema y dentro de un año dará sus conclusiones. Pero se trata sólo de arreglar las situaciones pasadas, porque para el futuro la línea es de severidad.

Los seglares deberán seguir colaborando con la Iglesia y en la Iglesia, pero sin convertirse «en un clero paralelo» que «se presente como alternativa al sacerdocio o al diaconado».

Se anuncia la creación de una comisión que vigile que las conclusiones del sínodo se pongan en práctica. Estará integrada por el cardenal Willebrands, el obispo holandés, monseñor Bluyssen, y el cardenal de la curia, monseñor Garrone, ex prefecto de la Congregación para la Doctrina Católica.