_
_
_
_

El sínodo de Holanda, de signo conservador, presentado como "el manifiesto pontificio de la década"

Juan Arias

«Yo estoy profundamente convencido de que nuestro trabajo ha servido también a la Iglesia de Cristo en toda su universalidad.» Con estas palabras se dirigió ayer mañana el Papa en su homilía a los padres sinodales en la solemne celebración de la Capilla Sixtina, como clausura del sínodo particular de los Países Bajos.

Más información
Línea de severidad en las conclusiones

En la sala de prensa vaticana se celebró una rueda de prensa. Los ilustres representantes y protagonistas de este primer sínodo de una Iglesia local en Roma subrayaron la afirmación del Papa que las conclusiones de los debates entre los obispos holandeses y los representantes de la curia romana con el Papa, aunque van dirigidas directamente a la Iglesia holandesa, en realidad sirven también para la Iglesia universal. Monseñor Danneels -segundo presidente delegado del sínodo y obispo belga- llegó a decir que podía considerarse como el manifiesto de este pontificado para los años ochenta.El Papa en su discurso había afirmado que el clima del sínodo había sido «tranquilo, concreto y sincero», y que la preocupación mayor había sido la de buscar la «comunión». Después, el Papa quiso mnifestar cuál ha sido el punto clave, «el centro de todos los otros problemas planteados y que tendrá un grandísimo impacto en el futuro de la Iglesia». ¿A qué se refería el Papa? A la necesidad de salvaguardar «la distinción entre el papel de los seglares y el de los sacerdotes y diáconos». Y es que ha que dado claro que el problema de fondo en la Iglesia holandesa es que prácticamente la frontera entre el sacerdocio ministerial y el sacerdocio general de los bautizados eslaba desapareciendo. Los llamados «colaboradores pastorales», que trabajan exclusivamente para la Iglesia, ya bautizan, dan la comunión, predican, etcétera. Muchos son padres de familia. Era el primer paso para llegar a un tipo de sacerdocio sin la obligación de celibato, y suponía una nueva concepción teológica de la verdadera función del sacerdocio, considerado no como una función jerárquica separada del sacerdocio real de todos los cristianos, sino integrada en un mismo servicio a la Iglesia.

En la rueda de prensa se afirmó que las votaciones resultaron casi siempre «unánimes». Monseñor Willebrands, primado de Holanda y presidente delegado de este sínodo, comentó: «Se ve que nos inspiraba el Espíritu Santo.»

El secretario general del sínodo, monseñor Tomko, dio a entender, aun subrayando que él no es un profeta, que esta experiencia del sínodo holandés, donde por tratarse de un número reducido de participantes se pudo discutir sin necesidad de burocracias, podría ser un ejemplo para otros sínodos semejantes.

Un freno a la línea del Vaticano II

Los obispos holandeses presentarán a los católicos de los Países Bajos las conclusiones del sínodo con una carta pastoral conjunta que será leída el domingo en todas las iglesias. Puesto que las conclusiones seguramente gustarán más a los conservadores que a los progresistas, el Papa mismo en su discurso afirmó que «la oración ferviente de toda la comunidad crístiana hace esperar que todos aceptarán con espíritu de fe y con convícción sincera las conclusiones del sínodo».Las primeras impresiones recogidas por EL PAIS entre los numerosos informadores holandeses presentes en Roma es que el documento final del sínodo pone un freno muy serio a todo lo que significaba en Holanda un paso hacia adelante del Concilio Vaticano II, mientras reafirma claramente la voluntad del Papa y de los obispos de mantenerse dentro de las líneas del Concilio sin tampoco poder volver hacia atrás.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_